¿Qué es la bendición ‘Urbi et orbi’? Francisco la imparte hoy extraordinariamente

(zenit – 27 marzo 2020).- De manera extraordinaria, hoy, 27 de marzo de 2020, el Papa Francisco presidirá un momento de oración extraordinario para pedir el fin de la pandemia que culminará con la impartición de la bendición Urbi et Orbi a la que se adjuntará la posibilidad de recibir la indulgencia plenaria.

Tendrá lugar en el sagrato (atrio frente a la entrada) de la Basílica de San Pedro, con la plaza vacía, como anunció el Santo Padre el pasado domingo, 22 de marzo de 2020, al término de la oración del Ángelus.

La bendición Urbi et orbi era la fórmula habitual con la que empezaban las proclamas del Imperio Romano. En la actualidad es la bendición más solemne que imparte el Papa, y solo él, dirigida a la ciudad de Roma y al mundo entero.

Ocasión extraordinaria

Urbi et orbi, contiene las palabras que en latín significan “a la ciudad (Roma) y al mundo” y se imparte durante el año siempre en dos fechas: el Domingo de Pascua y el día de Navidad, 25 de diciembre.

También es impartida por el Pontífice el día de su elección, esto es, al final del cónclave, en el momento en que se presenta ante Roma y el mundo como nuevo sucesor de San Pedro.

Excepcionalmente, frente a este momento de emergencia sanitaria a nivel mundial por motivo del coronavirus, Francisco decidió concederla.

Remisión de las penas debidas

De acuerdo al portal Catholic.net, la característica fundamental de esta bendición para los católicos es que concede la remisión por las penas debidas por pecados ya perdonados, es decir, confiere una indulgencia plenaria bajo las condiciones determinadas por el Derecho Canónico: haber confesado y comulgado y no haber caído en pecado mortal.

La culpa por el pecado es remitida por el Sacramento de la Reconciliación, por la confesión, de manera que la persona vuelve a estar en gracia de Dios, por lo cual, si no vuelve a caer en pecado mortal, se salvará.

No obstante, la pena debida por esos mismos pecados debe ser satisfecha, es decir, se debe reparar y compensar el desorden introducido por el pecado, lo cual se lleva a efecto por medio de la penitencia impuesta en el sacramento, por medio de otras obras buenas y, en último caso, por medio del sufrimiento del Purgatorio.

Acceso al cielo

Dado que la indulgencia plenaria remite completamente esa pena debida, el fallecido sin haber caído nuevamente en pecado no ha de pasar por el Purgatorio y accede directamente al cielo.

Según la misma fuente, los efectos de la bendición Urbi et orbi se cumplen para toda aquella persona que la reciba con fe y devoción, incluso si la recibe a través de los medios de comunicación de masas (televisión, radio, internet, etc.).

Situación especial actual

Efectivamente, tal y como remarca Mons. Felipe Arizmendi, obispo emérito de San Cristóbal de las Casa, México “si seguimos, por radio o televisión, esa oración con el Papa, podemos obtener dicha indulgencia, siempre y cuando estemos en gracia de Dios, rechazando de corazón el pecado”.

De ordinario, se requiere la confesión sacramental, “pero como ahora no se puede, se hace el compromiso de confesarse tan pronto sea posible”, aclara.

Esta oración “equivale a una visita ante el Santísimo, ahora que no se puede hacer de otra forma. Si alguien no se puede sintonizar a esta hora, hágalo espiritualmente cuando pueda, y Dios ve su corazón. O si ve después el video, ya no en vivo, únase a esta intención y Dios le escucha. Lo importante es orar”, describe el prelado.

Visita y Adoración por internet

La Penitenciaría Apostólica, por disposición del Papa, concede también la Indulgencia Plenaria a aquellos fieles que ofrezcan la visita al Santísimo Sacramento, o la Adoración Eucarística, o la lectura de la Sagrada Escritura durante al menos media hora, o el rezo del Santo Rosario, o el ejercicio piadoso del Vía Crucis, o el rezo de la corona de la Divina Misericordia, para implorar a Dios Todopoderoso el fin de la epidemia, el alivio de los afligidos y la salvación eterna de los que el Señor ha llamado a sí”.

En este sentido, Mons. Arizmendi indica que, en las actuales circunstancias, la visita al Santísimo y la Adoración Eucarística se pueden hacer por internet: “Así las pueden hacer tantos los enfermos, como médicos y enfermeras, personas que cuidan a los infectados y fieles en general. No hay restricción para obtener esa gracia, ese recurso espiritual. Lo demás, se puede hacer perfectamente en casa. La única condición para obtener la indulgencia es estar en gracia de Dios, como se dijo antes”, concluye.

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