Masaya – La violencia hacia las mujeres se erradicará de nuestro país sólo cuando haya procesos de reeducación social en los cuales se transmitan valores auténticos entre los jóvenes y las familias: lo ha subrayado el Obispo auxiliar de la Archidiócesis de Managua, Su Exc. Mons. Silvio Baez, ayer después de oficiar la misa en celebración del patrono de la ciudad de Masaya, San Jerónimo. La nota enviada a la Agencia Fides informa de que durante su homilía en la iglesia de San Jerónimo, el obispo se ha dirigido a la comunidad con una reflexión sobre la reciente reforma que los diputados ante la Asamblea Nacional han realizado. De hecho, el miércoles 25 de septiembre ha sido modificada, con 83 votos a favor y 4 en contra, la Ley orgánica contar la violencia sobre las mujeres, para introducir el artículo 46 que prevé la figura de la mediación como un principio de oportunidad en casos de delitos leves. Esta modifica ha provocado la protesta inmediata de los grupos feministas que se oponen a cualquier reforma a la ley y ha provocado un debate a nivel nacional.
La ley 779, en vigor desde junio de 2012, es la “Ley contra la violencia contra las mujeres de Nicaragua”. Propuesta inicialmente para detener la violencia y los numerosos crímenes cometidos contra las mujeres, la ley ha tenido consecuencias negativas con respecto a la familia, al matrimonio, a las parejas de hecho, a la integridad del hogar... De hecho la aplicación inmediata de sanciones a los hombres acusados de actos de violencia no permitía la mediación entre agresor y víctima, y esto ha significado, en poco tiempo, un gran número de familias separadas o destruidas.
“Nicaragua no va a cambiar a fuerza de leyes ni de decretos. La violencia contra las mujeres no va a terminar con una ley más dura, independientemente de que haya mediación o no en la Ley 779, todos sabemos que la violencia contra las mujeres y contra cualquier persona va a terminar en Nicaragua hasta cuando tengamos corazones nuevos. Tenemos que comenzar a cambiar desde adentro si queremos un país mejor” ha dicho Mons. Baez.
La ley 779, en vigor desde junio de 2012, es la “Ley contra la violencia contra las mujeres de Nicaragua”. Propuesta inicialmente para detener la violencia y los numerosos crímenes cometidos contra las mujeres, la ley ha tenido consecuencias negativas con respecto a la familia, al matrimonio, a las parejas de hecho, a la integridad del hogar... De hecho la aplicación inmediata de sanciones a los hombres acusados de actos de violencia no permitía la mediación entre agresor y víctima, y esto ha significado, en poco tiempo, un gran número de familias separadas o destruidas.
“Nicaragua no va a cambiar a fuerza de leyes ni de decretos. La violencia contra las mujeres no va a terminar con una ley más dura, independientemente de que haya mediación o no en la Ley 779, todos sabemos que la violencia contra las mujeres y contra cualquier persona va a terminar en Nicaragua hasta cuando tengamos corazones nuevos. Tenemos que comenzar a cambiar desde adentro si queremos un país mejor” ha dicho Mons. Baez.
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