jesuita Guillermo Ortiz
(RV).- (Con audio)
“Se hospeda en casa de un pecador” murmuran algunos.
Zaqueo muy contento prometió a Jesús dar la mitad de sus bienes a los pobres y restituir lo mal habido. Jesús afirma entonces: “el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo perdido”.
¿Que hacemos vos y yo para conocer a Jesús?
Zaqueo tenía dificultades pero no las usó como excusa, ni se hizo la víctima de sus complejos. Tampoco se enojó con los que eran más altos porque no le dejaban ver a Jesús. Zaqueo se venció a sí mismo, hizo lo mejor que pudo para seguir su deseo de conocer a Jesús y sin miedo al ridículo se subió a un árbol como otros muchachos más jóvenes que él.
Aunque Zaqueo tenía mucho porque era rico, no se queda cuidando sus riquezas, no se cierra a nuevas oportunidades por descubrir, o nuevas aventuras que vivir, por eso su vida cambió. Cambió de camino.
¿Esperas primero arreglar y preparar tu casa para recibir a Jesús?
Zaqueo dejó que Jesús mismo ordenara y pusiera linda la casa del corazón. Fue conocer a Jesús y abrir inmediatamente el corazón generosamente a los demás para compartir la vida. La alegría y la generosidad son signos del conocimiento y la presencia de Jesús en nuestra vida.
Oración: Oh Dios, que en tu Hijo has venido a buscar y a salvar a quien estaba perdido, hacénos dignos de tu llamada: lleva a cumplimiento cada uno de nuestros deseos de bien, para que sepamos recibirte con alegría en nuestra casa para compartir los bienes de la tierra y del cielo.
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