El Sumo Pontífice ha apreciado mucho este elocuente gesto de comunión eclesial -escribe el cardenal Parolin- y, en su oración, pide a Dios “invocando la intercesión de María Santísima, que ayude a los pastores y fieles bolivianos a acoger con gozo el Evangelio de Jesucristo, en donde siempre hallarán luz e inspiración para afrontar las vicisitudes cotidianas con fe y caridad, así como para edificar una sociedad cada vez más fraterna y justa, más esperanzada y solidaria”.
Con estos sentimientos, el Santo Padre suplica que recen por él y los frutos de su servicio a la Iglesia universal y, como prensa de copiosas gracias celestiales, les imparte complacido la implorada bendición apostólica, que de corazón hace extensiva a los queridos hijos e hijas de Bolivia.
ER - RV
Publicar un comentario