Seúl - La visita del Papa ha sido “un éxito para la fe, por la cobertura de los medios, por la organización”. Bergoglio ha dejado “una huella imborrable” en los fieles católicos y no católicos. Pero si tuviera que señalar “el momento más significativo, que quedará grabado en la memoria de los coreanos, sería la visita a la 'Aldea de las Flores', donde se reunió, abrazó y acarició a los jóvenes y abandonados”. Es lo que declara a la Agencia Fides Mons. Peter Kang U-il, Obispo de Cheju y Presidente de la Conferencia Episcopal de Corea, trazando un balance del viaje del Papa .
El Obispo explica a Fides: “El Papa Francisco ha dejado una impresión favorable en todo el pueblo coreano. Ha vivido con nosotros momentos inolvidables como la beatificación de los mártires coreanos. Pero en la 'aldea de las flores' fue una visita muy especial. El Papa quiso saludar a todos uno por uno, y pasó allí mucho más tiempo del previsto, una hora . Por ello tuvo que saltar la celebración de las Vísperas en el encuentro con los religiosos. El Papa Francisco ha recordado que es importante orar, pero igualmente importante es la atención a los últimos, los más pequeños. Yo también estaba muy sorprendido por esta espontaneidad. El Papa ha querido resaltar la cercanía y la proximidad a los débiles: este es un mensaje importante para nuestra comunidad cristiana en Corea”. ¿Que aportará este enfoque a la Iglesia en Corea? “Para nosotros significa que la espiritualidad debe ser combinada con la atención a los demás, especialmente a los marginados. En Corea, la sociedad de tendencia confuciana pone a los débiles en el último lugar, es fácil que llegue a considerar a los ancianos inútiles. La actitud concreta del Papa, su proximidad con el pequeño, dará un nuevo impulso a toda la Iglesia en Corea”. Todos los coreanos, continua el obispo, “se plantean una pregunta fundamental hoy, después de la visita del Papa Bergoglio a la Aldea de las Flores, que ha tenido una amplia cobertura mediática”.
También en este sentido, “entre otros momentos significativos, esta el abrazo a las familias de las víctimas del desastre del ferry de Sewol. El Papa se ha detenido unos minutos con ellos, antes de la misa, algo que también estaba fuera del programa. Simplemente los ha abrazado y compartido su sufrimiento durante unos minutos. Sin palabras, pero permaneciendo unos minutos al lado de ellos. Un signo fuerte de cercanía espiritual que no olvidaremos”.
La visita de Bergoglio, ha subrayado Mons. Kang U-il en la conferencia de prensa final, “ha enviado un mensaje a los jóvenes de Asia: despertad y estad vigilantes”, y luego se ha dirigido a la sociedad coreana recordando que “la pobreza no se combate sólo con formas estériles de caridad”, sino “fundando la convivencia social en la justicia”. “La paz en la Península Coreana – ha concluido el obispo - podrá iniciar mediante el intercambio de una mentalidad basada en la fraternidad, reconociéndonos como hermanos e hijos de Dios”
El Obispo explica a Fides: “El Papa Francisco ha dejado una impresión favorable en todo el pueblo coreano. Ha vivido con nosotros momentos inolvidables como la beatificación de los mártires coreanos. Pero en la 'aldea de las flores' fue una visita muy especial. El Papa quiso saludar a todos uno por uno, y pasó allí mucho más tiempo del previsto, una hora . Por ello tuvo que saltar la celebración de las Vísperas en el encuentro con los religiosos. El Papa Francisco ha recordado que es importante orar, pero igualmente importante es la atención a los últimos, los más pequeños. Yo también estaba muy sorprendido por esta espontaneidad. El Papa ha querido resaltar la cercanía y la proximidad a los débiles: este es un mensaje importante para nuestra comunidad cristiana en Corea”. ¿Que aportará este enfoque a la Iglesia en Corea? “Para nosotros significa que la espiritualidad debe ser combinada con la atención a los demás, especialmente a los marginados. En Corea, la sociedad de tendencia confuciana pone a los débiles en el último lugar, es fácil que llegue a considerar a los ancianos inútiles. La actitud concreta del Papa, su proximidad con el pequeño, dará un nuevo impulso a toda la Iglesia en Corea”. Todos los coreanos, continua el obispo, “se plantean una pregunta fundamental hoy, después de la visita del Papa Bergoglio a la Aldea de las Flores, que ha tenido una amplia cobertura mediática”.
También en este sentido, “entre otros momentos significativos, esta el abrazo a las familias de las víctimas del desastre del ferry de Sewol. El Papa se ha detenido unos minutos con ellos, antes de la misa, algo que también estaba fuera del programa. Simplemente los ha abrazado y compartido su sufrimiento durante unos minutos. Sin palabras, pero permaneciendo unos minutos al lado de ellos. Un signo fuerte de cercanía espiritual que no olvidaremos”.
La visita de Bergoglio, ha subrayado Mons. Kang U-il en la conferencia de prensa final, “ha enviado un mensaje a los jóvenes de Asia: despertad y estad vigilantes”, y luego se ha dirigido a la sociedad coreana recordando que “la pobreza no se combate sólo con formas estériles de caridad”, sino “fundando la convivencia social en la justicia”. “La paz en la Península Coreana – ha concluido el obispo - podrá iniciar mediante el intercambio de una mentalidad basada en la fraternidad, reconociéndonos como hermanos e hijos de Dios”
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