Lahore – La indignación y el dolor aumentan en la comunidad cristiana de Lahore, después de la violación de una niña cristiana de 12 años. Muqadas, como se llama la adolescente, es la hija del cristiano Liaqat Masih, quien tiene cuatro hijas. Según la información de la Agencia Fides, se trata de una familia pobre y las cuatro niñas trabajan como empleadas domésticas en hogares de clase media musulmana, como es el caso de muchos cristianos. El episodio violento tuvo lugar el 2 de agosto, pero la noticia ha salido a la luz sólo ahora. Muqadas y su hermana mayor Asma regresaban a casa del trabajo, cuando Muqadas fue secuestrada por dos hombres musulmanes y tres mujeres. Se la llevaron dentro de una escuela y los dos hombres, identificados como Ashraf Alias Achi y Ghaffor Alias Paida, la violaron repetidas veces, a turno.
La chica fue abandonada más tarde. La familia presentó una denuncia ante la policía en Lahore. Uno de los violadores está detenido y el otro ha pedido la libertad bajo fianza. La familia de Liaqat Masih, está en estado de shock, y les asiste la Ong LEAD, dirigida por el abogado cristiano Sardar Mushtaq Gill, quien ha declarado a la Agencia Fides: “Haremos todo lo posible, porque esta violencia no quede impune”. La familia ya ha recibido intimidaciones para que retiren la denuncia.
“En Pakistán - explica a la Agencia Fides Gill - la violación se utiliza como un instrumento arbitrario de poder sobre las chicas cristianas, que son de familias pobres y marginadas. Es una violencia que quiere reiterar la sumisión a los musulmanes. El resto de la sociedad no se indigna porque las víctimas pertenecen en su mayoría a las minorías religiosas, que son las más vulnerables. En raras ocasiones los violadores son castigados”. Además, concluye, “las víctimas de violación se enfrentan a terribles dificultades; no reciben tratamiento médico adecuado por las agresiones sexuales y no obtienen justicia. Muchas chicas quedan traumatizadas y caen en depresión y necesitan asistencia psicológica”.
La chica fue abandonada más tarde. La familia presentó una denuncia ante la policía en Lahore. Uno de los violadores está detenido y el otro ha pedido la libertad bajo fianza. La familia de Liaqat Masih, está en estado de shock, y les asiste la Ong LEAD, dirigida por el abogado cristiano Sardar Mushtaq Gill, quien ha declarado a la Agencia Fides: “Haremos todo lo posible, porque esta violencia no quede impune”. La familia ya ha recibido intimidaciones para que retiren la denuncia.
“En Pakistán - explica a la Agencia Fides Gill - la violación se utiliza como un instrumento arbitrario de poder sobre las chicas cristianas, que son de familias pobres y marginadas. Es una violencia que quiere reiterar la sumisión a los musulmanes. El resto de la sociedad no se indigna porque las víctimas pertenecen en su mayoría a las minorías religiosas, que son las más vulnerables. En raras ocasiones los violadores son castigados”. Además, concluye, “las víctimas de violación se enfrentan a terribles dificultades; no reciben tratamiento médico adecuado por las agresiones sexuales y no obtienen justicia. Muchas chicas quedan traumatizadas y caen en depresión y necesitan asistencia psicológica”.
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