
Los más afectados son las mujeres, niños y ancianos, expuestos a diversas enfermedades, especialmente la malaria.
La situación humanitaria se agrava por el hecho de que continua el conflicto entre el ejército y los llamados “Arrow Boys”. Los líderes religiosos lanzan un llamamiento para la inmediata suspensión de las operaciones militares en la zona para “permitir la asistencia a gran de las organizaciones humanitarias a los desplazados y las familias que viven en los pueblos”.
También se pide asegurar las rutas de acceso a la región, se insta a los medios de comunicación a informar de las noticias sobre la situación humanitaria de la zona y a las partes en el conflicto se les pide que evalúen el diálogo como la mejor opción para resolver el conflicto.
Al denunciar las formas de violencia, los líderes religiosos concluyen destacando que “sentirse protegidos y seguros es importante para el desarrollo de cada niño. Un lugar seguro para dormir, agua limpia para beber, alimentos suficientes para comer, atención médica y acceso a la educación, ayudar a los niños a crecer hasta convertirse en adultos sanos, maduros y productivos”.
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