
Las acusaciones contra Sajjad, afirman sus familiares, son totalmente falsas. Su familia ha recibido amenazas y vive en la clandestinidad desde hace casi cuatro años, cuando el joven fue detenido en 2011.
El hermano de Sajjad, Sarwaz Gill dice “la ley sobre la blasfemia ha arruinado la vida de nuestra familia” y exhorta al gobierno paquistaní para que la revoque, señalando que “toda la comunidad cristiana sufre cuando algún cristiano es acusado de blasfemia”.
El abogado Sardar Mushtaq Gill explica a Fides que “todavía hay muchos casos de falsas acusaciones de blasfemia”, mientras que el gobierno no hace progresos para detener el abuso de dicha ley.
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