(Radio Vaticana) “La alegría que suscita el encuentro con Jesús nos anima a anunciarlo. Por eso, el signo concreto de haberlo encontrado realmente es la alegría que experimentamos al transmitirlo a los demás”, expresó Francisco, indicando la estrecha relación que existe entre la misericordia y la misión, para subrayar la responsabilidad que tenemos los cristianos de ser misioneros del Evangelio.
En la Catequesis jubilar, por el Año de la Misericordia, el 30 de enero de 2016, el Obispo de Roma explicó que “en el día de nuestro Bautismo se nos da un nombre nuevo, además del que ponen los padres: el de “Cristóforo”, que significa, “portador de Cristo”. El cristiano es portador de Cristo. Vivir la misericordia nos hace misioneros de la misericordia, y ser misioneros nos permite crecer en la misericordia de Dios. Tomemos en serio nuestro ser cristianos y el compromiso de vivir como creyentes, porque solamente así el Evangelio puede tocar el corazón de los demás y abrirlo para recibir la gracia del amor”. Y animó a todos los fieles y peregrinos presentes en la Plaza de san Pedro a “ser portadores de Cristo y verdaderos misioneros de la misericordia de Dios en medio de las circunstancias que les toca vivir”. jesuita Guillermo Ortiz
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