(RV).- “Vivir de misericordia nos hace misioneros de la misericordia, y ser misioneros nos permite siempre crecer más en la misericordia de Dios”, es el aliento del Papa Francisco en su catequesis de la Audiencia Jubilar de la Misericordia.
En el marco del Año Santo, el Santo Padre recordó que “el Señor guía nuestros pasos mientras atravesamos la Puerta Santa y se nos acerca para permanecer siempre con nosotros, no obstante nuestras faltas y nuestras contradicciones”. Por ello dijo el Papa, no nos cansemos jamás de sentir la necesidad de su perdón, porque cuando somos débiles su cercanía nos hace fuertes y nos permite vivir con mayor alegría nuestra fe.
Explicando la estrecha relación que existe entre la misericordia y la misión, el Obispo de Roma señaló que “como cristianos tenemos la responsabilidad de ser misioneros del Evangelio”. Estamos llamados a transmitir la alegría del encuentro con el Señor, como hicieron los primeros discípulos después de haber encontrado al Cristo. “Es más, afirma el Pontífice, el signo concreto que de verdad hemos encontrado a Jesús es la alegría que sentimos en el anunciarlo también a los demás”.
“Encontrar a Jesús equivale a encontrarse con su amor. Este amor nos transforma y nos hace capaces de transmitir a los demás la fuerza que nos dona. De alguna manera – precisa el Papa – podremos decir que desde el día del Bautismo nos es dado a cada uno de nosotros un nuevo nombre agregado a aquel que ya nos dan mamá y papá, y este nombre es “Cristóforo”, que significa “portador de Cristo”. ¡Todo cristiano es portador de Cristo!
Antes de concluir su catequesis, el Papa Francisco invitó a los cristianos ser instrumentos de misericordia. “Por lo tanto, dijo el Papa, tomemos en serio nuestro ser cristianos, y comprometámonos a vivir como creyentes, porque sólo así el Evangelio puede tocar el corazón de las personas y abrirlo para recibir la gracia del amor”.
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