REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
A raíz de los 800 años de la perdonanza que el santo pobre de Asís consiguió del Papa Honorio III, el Obispo de Roma, en la Porciúncula, recordó las palabras del santo: "Quiero enviarlos a todos al paraíso". "¿Qué cosa más hermosa podía pedir el Pobrecito de Asís, si no el don de la salvación, de la vida eterna con Dios y de la alegría sin fin, que Jesús obtuvo para nosotros con su muerte y resurrección?", reflexionó el Papa Francisco y agregó: "Quizás san Francisco, cuando pedía al Papa Honorio III la gracia de la indulgencia para quienes venían a la Porciúncula, pensaba en estas palabras de Jesús a sus discípulos: "En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar" (Jn 14,2-3)”.
“Qué gran regalo nos ha hecho el Señor enseñándonos a perdonar para experimentar en carne propia la misericordia del Padre”. “El mundo necesita el perdón; demasiadas personas viven encerradas en el rencor e incuban el odio, porque, incapaces de perdonar, arruinan su propia vida y la de los demás, en lugar de encontrar la alegría de la serenidad y de la paz. Pedimos a san Francisco que interceda por nosotros, para que jamás renunciemos a ser signos humildes de perdón e instrumentos de misericordia.”
Publicar un comentario