(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La Limosnería Apostólica llegó hasta las zonas de Italia central afectadas por el reciente terremoto para adquirir de los pequeños revendedores, fuertemente en dificultad a causa del movimiento telúrico, productos alimenticios típicos de las áreas afectadas.
La iniciativa partió del papa Francisco, quien visitó el 4 de octubre de 2016 a las poblaciones golpeadas por el terremoto del 24 de agosto del mismo año en el centro de Italia, donde murieron casi 300 personas. El Papa estuvo en la zona roja del pueblo de Amatrice, uno de los más golpeados y en otros adyacentes, llevando su solidaridad.
La información fue dada a conocer este jueves 23 de febrero por la Limosnería apostólica, que a nombre del Pontífice lleva a cabo la caridad con los pobres. Los obispos locales se han permitido localizar a algunos grupos de campesinos, agricultores y productores “cuyas empresas corren el riesgo de quebrar a causa de los daños provocados con el terremoto”.
Por ello la Limosnería Apostólica ha comprado una gran cantidad de sus productos “con la intención, expresada por el Santo Padre, de ayudarlos y estimularlos a continuar con sus actividades”. Un gesto conforme con el magisterio del Papa Francisco que a menudo ha recordado que “cuando no se gana el pan, se pierde la dignidad”.
Todos los productos adquiridos –concluye el comunicado– han sido “inmediatamente distribuidos a diversos comedores caritativos de la ciudad de Roma” para la preparación de las comidas ofrecidas cotidianamente a las personas necesitadas y sin techo.
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