La mirada de Dios benéfica y solícita vela cotidianamente sobre nuestra vida, afirmó el Papa en el ángelus

(Radio Vaticana).- Frente a tantas preocupaciones que nos quitan la serenidad y el equilibrio y a las angustias a menudo inútiles que no logran cambiar nuestra vida, la página del Evangelio de hoy “es un fuerte llamado a confiarse en Dios que cuida de todos los seres vivientes de la creación, provee el alimento a los animales y se preocupa de las flores del campo”, dijo Francisco en la reflexión previa a la oración del ángelus el 26 de febrero de 2017.

 

Jesús nos exhorta a no preocuparnos por el mañana, recordándonos que tenemos un Padre amororso que no se olvida jamás de ninguno de sus hijos: “confiarse a él no resuelve mágicamente los problemas, pero nos permite afrontarlos con el animo justo”.

Dios es para nosotros el gran amigo, el aliado, el Padre, pero no siempre nos damos cuenta. Preferimnos apoyarnos en los bienes inmediatos y contingentes, olvidando y a veces rechazando el bien supremo, es decir el amor paterno de Dios. “¡Sentirlo Padre, en esta época de orfandad es tan importante!” Nosotros nos alejamos del amor de Dios cuando vamos en la búsqueda obsesiva de los bienes terrenos y de las riquezas, manifestando así un amor exagerado a etas realidades.

Jesús nos dice que esta búsqueda afanosa es ilusoria y motivo de infelicidad y da a sus discípulos una regla de vida fundamental: “Busquen primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se les dará por añadidura” – explicó el Obispo de Roma- , que aseveró que esta actitud evangélica pide una elección clara , que el Evangelio indica con precisión: “No se puede servir a Dios y al dinero”. jesuita Guillermo Ortiz


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