Benedetta Capelli - Ciudad del Vaticano
"Una economía diferente, que haga vivir a la gente y no mate, que incluya y no excluya, que humanice y no deshumanice, que cuide la creación y no la saquee". En su carta del 1 de mayo de 2019, el Papa esbozó la pauta de la "Economía de Francisco", la iniciativa de Asís, prevista para marzo de 2020, que luego se trasladó del 19 al 21 de noviembre a causa de la pandemia. Será un evento online en el sitio web del portal francescoeconomy.org.
Confirmada, al final de los tres días, la participación del Papa Francisco con un mensaje de video. La imposibilidad de estar presente ha generado iniciativas que han transformado el pre-evento de dos días en 9 meses de confrontación, profundización y propuestas porque - según explicó la hermana Alessandra Smerilli, miembro del Comité Científico de "Economía de Francisco" en la presentación en la Sala de Prensa del Vaticano - "queremos escuchar la voz de los jóvenes, poner en práctica su visión de que primero entendieron que uno no se salva a sí mismo".
Bruni: una economía que incluye los últimos
En su discurso de hoy durante la presentación, Luigino Bruni, profesor de economía política en la Lumsa de Roma y director científico de "Economy of Francesco", reiteró que "la Economía de Francisco se ha convertido en el mayor movimiento de jóvenes economistas y empresarios del mundo". Un resultado importante que ha demostrado que la economía anterior a enero de 2020 ya es obsoleta. Ya no tiene razón de ser, de hecho, una economía "que juega con los bienes externos" que ha descuidado "demasiados bienes invisibles, como los bienes relacionales y los bienes morales". Bruni subrayó que las empresas carecen del primer activo: "el capital espiritual".
Una economía verde no es suficiente para tener una economía de Francisco. También necesitamos la inclusión de los pobres, el protagonismo de los jóvenes, el cultivo de la vida interior. Hoy en día hay una "economía verde" que no tiene interés y atención por los pobres y la desigualdad... La economía de Francisco no puede ser sólo ecológica. El grito de la tierra y el grito de los pobres son el mismo grito, como nos recordaba la encíclica Laudato, si', y ahora también la encíclica Fratelli tutti . Una fraternidad con la tierra que no incluya la fraternidad con los últimos no es completa.
Smerilli: la economía de Francisco es la esperanza
"No un documento, no un tratado, sino propuestas", para entender lo que los jóvenes necesitan, lo que quieren hacer, la ayuda que necesitan. Con estas palabras, la hermana Alessandra Smerilli, profesora de economía política de la Facultad Pontificia de Educación "Auxilium" y miembro del Comité Científico de "Economy of Francesco", subrayó que los jóvenes preparan el futuro prestando especial atención a los que se encuentran en dificultades.
La economía de Francisco significa sobre todo juventud, esperanza y concreción. No se trata de invitar a los jóvenes a difundir un mensaje, sino de pedirles que ayuden a construirlo. Este es el significado de la llamada hecha por el Papa Francisco y su invitación a reunirse con ellos en Asís. En un mundo enfermo de pensamiento a corto plazo y con poca visión de futuro, dar voz a los jóvenes significa empezar a construir puentes hacia el futuro.
Di Maolo: Defender los sueños de los más frágiles
La voz de Asís se escuchó gracias a la abogada Francesca Di Maolo, presidenta del "Instituto Seráfico" y miembro del comité organizador de "Economy of Francesco". Recordando el compromiso de su ciudadanía, Di Maolo anunció que el evento "Economy of Francesco" se abrirá con un video hecho por los niños del Instituto Seráfico, un centro de salud que por casi 150 años ha atendido a niños y jóvenes con discapacidades severas. Será un film sobre el sueño secreto que los jóvenes guardan en su alma. Sin sueños, de hecho, no hay futuro; un futuro que debe estar en el signo de la defensa de la vida más frágil, especialmente frente a tantas desigualdades que los niños y niñas del Seráfico viven en su piel y el resultado de políticas económicas que descartan a los débiles.
El Seráfico se ha sumado a esta iniciativa queriendo ser portavoz de las muchas expectativas de los más frágiles del mundo. Nos ocupamos de los niños y jóvenes con discapacidades muy graves, pero queremos dar voz a todos los heridos en la carretera. No tenemos respuestas que dar, traemos preguntas, traemos la urgencia del cambio y quién más sino los jóvenes. Jóvenes que todavía tienen la capacidad de soñar, de soñar con un mañana libre de guerra, de abandono, pero también de una nueva economía que sabe ser inclusiva y que sabe devolver a todos a la vida.
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