En el informe “Sistemas alimentarios para una mejor nutrición”, la FAO detalla que 2.000 millones de personas sufren algún tipo de carencia alimentaria, y que el 26% de los niños menores de cinco años padecen retraso del crecimiento debido a carencias alimentarias.
Para la organización son cifras inaceptables y pide que la erradicación del hambre sea una prioridad para todos.
La FAO alerta de que, además del coste social, la malnutrición tiene un coste económico que podría alcanzar hasta un 5 por ciento del producto interior bruto mundial. Para corregir las pérdidas económicas basta la aplicación de medidas específicas en los sistemas alimentarios.
Para acabar con la malnutrición la FAO insiste, por ejemplo, en dar a las mujeres mayor control sobre los recursos y los ingresos, ya que beneficiaría su salud y la de sus hijos.
Además, propone políticas alimentarias que aumenten la productividad agrícola, y medidas que mejoren el rendimiento nutricional de las cadenas de suministro para que los alimentos sean más asequibles, variados y nutritivos.
VIC
FAO
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