Kinshasa - Aumenta la tensión en Kivu del norte por el transferimiento, realizado sin ningún tipo de coordinación con las autoridades locales, de los refugiados de Tanzania. Según una nota enviada a la Agencia Fides por la Coordinación Provincial de la Sociedad Civil en Kivu del norte, unas “mil familias ruandesas” han entrado en el territorio de Rutshuru bajo escolta de militares ruandeses y de sus aliados del M23, el movimiento rebelde que opera en el provincia congoleña y que desestabiliza la zona desde hace años.
La nota también denuncia que a partir del 3 de octubre los jóvenes de las familias de los refugiados están recibiendo entrenamiento militar obligatorio en Chanzu, y que el M23 ha iniciado un censo de las casas y campos abandonados por las poblaciones locales obligadas a huir a causa de la guerra. Se teme que estas propiedades serán entregadas a los recién llegados y sin ningún tipo de compensación en relación con los legítimos propietarios.
La Coordinación también subraya que “el M23 está tratando de engañar a la opinión pública haciéndola creer que estas personas son refugiados congoleños que regresan de Ruanda, mientras que el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados no ha repatriado a ningún congoleño desde Rwanda a la República Democrática del Congo”.
Mientras tanto, el periódico “Le Potentiel”, afirma que las negociaciones en Kampala entre Kinshasa y Kigali, de hecho, han fracasado, y existe el peligro de que los dos países terminen cayendo en un enfrentamiento militar. En la capital de Uganda se está tratando de encontrar una solución al conflicto que divide a la RDC con los dos vecinos del Este, Uganda y Ruanda, acusados por Kinshasa de alimentar la inestabilidad en las provincias congoleñas de la frontera, apoyando a los diversos grupos guerrilleros que actúan en esas zonas.
La nota también denuncia que a partir del 3 de octubre los jóvenes de las familias de los refugiados están recibiendo entrenamiento militar obligatorio en Chanzu, y que el M23 ha iniciado un censo de las casas y campos abandonados por las poblaciones locales obligadas a huir a causa de la guerra. Se teme que estas propiedades serán entregadas a los recién llegados y sin ningún tipo de compensación en relación con los legítimos propietarios.
La Coordinación también subraya que “el M23 está tratando de engañar a la opinión pública haciéndola creer que estas personas son refugiados congoleños que regresan de Ruanda, mientras que el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados no ha repatriado a ningún congoleño desde Rwanda a la República Democrática del Congo”.
Mientras tanto, el periódico “Le Potentiel”, afirma que las negociaciones en Kampala entre Kinshasa y Kigali, de hecho, han fracasado, y existe el peligro de que los dos países terminen cayendo en un enfrentamiento militar. En la capital de Uganda se está tratando de encontrar una solución al conflicto que divide a la RDC con los dos vecinos del Este, Uganda y Ruanda, acusados por Kinshasa de alimentar la inestabilidad en las provincias congoleñas de la frontera, apoyando a los diversos grupos guerrilleros que actúan en esas zonas.
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