(ZENIT- Roma).- El último gesto del papa Francisco en Armenia ha sido simbólico pero con un profundo significado. Dos palomas han alzado el vuelo desde el monasterio de Khor Virap en dirección a Turquía de manos del Pontífice y del Catholicós, Karekin II.
Esta tarde, ha concluido la visita de tres días del Santo Padre a esta nación, la primera en abrazar la fe cristiana, en el lugar donde San Gregorio el Iluminador estuvo preso durante 12 años. El monasterio de Khor Virap, uno de los lugares sagrados de la Iglesia Armenia, se sitúa a los pies del Monte Ararat –actualmente territorio turco–, donde la Biblia cuenta que llegó Noé después del diluvio.
El Pontífice y el Catholicós han sido recibidos por el superior del monasterio y han entrado en procesión dirigiéndose hacia la Sala del “Pozo de San Gregorio el Iluminador” donde han encendido una vela. En la sala adyacente han recitado una oración, cada uno en la propia lengua y han concluido recitando juntos el Padre Nuestro.
Para concluir la visita, ambos se han dirigido a la terraza del monasterio para liberar dos palomas, como deseo de paz, hacia el Monte Ararat.
San Gregorio, que fue declarado doctor de la Iglesia por el papa Francisco el año pasado, fue prisionero en un pozo durante trece años por el rey Tiridate III, que perseguía a los cristianos. Afectado por una grave enfermedad, el monarca sanó con la intercesión de san Gregorio. Así Tiridate y su familia se convirtieron y declaró Armenia nación cristiana en el año 301. En el siglo V se construyó un monasterio en el lugar de la presión de san Gregorio.
Con esta significativa visita, el Santo Padre ha dado por concluida la primera parte de su visita al Cáucaso, ya que del 30 de septiembre al 2 de octubre regresará para visitar Georgia y Azerbaiyán.
La ceremonia de despedida de Armenia, tiene lugar en el aeropuerto de Ereván.
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