(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El compromiso de la Iglesia con la protección de los menores contra cualquier tipo de abuso sigue dando pasos adelante con firmeza. La plenaria de la Pontificia Comisión por la Tutela de los Menores, creada por el papa Francisco, concluyó este lunes la reunión en el Vaticano que comenzaron el día 5 de septiembre.
El padre Hans Zollner, miembro de dicha comisión, explica en Radio Vaticano algunos detalles del encuentro. Así, ha asegurado que están viendo que en muchas partes del mundo en las que hasta ahora no se hablaba del tema del abuso y de su prevención “se están moviendo muchas personas dentro de la Iglesia y también fuera”. Y que –añade– la Iglesia en estas zonas, a veces, es realmente la parte más activa y más importante precisamente gracias al sistema de las escuelas católicas, gracias a todo el sistema educativo y al trabajo con jóvenes y las familias.
En concreto, en la reunión de los días pasados, han hablado de las “líneas-guía” y de un modelo, de un formato, que quieren presentar al Papa, que “podría funcionar como inspiración para las Conferencias episcopales para mejorar todavía más y para trabajar en algunos ámbitos en los que sus líneas-guía no se han desarrollado suficientemente”. El otro ámbito –precisa el sacerdote en la entrevista– es el de la oración, la atención a la asistencia espiritual a las víctimas, para aquellos que quieren recibir ayuda o que a veces se esperan también esta ayuda.
Finalmente, cuenta que el pasado sábado, durante la audiencia jubilar, el Santo Padre tuvo un encuentro con dos víctimas de abuso en Italia. De este modo, tuvieron ocasión de entregar al Pontífice dos libros que han sido publicados en italiano en este año: “Julia y el lobo” y “Quisiera resurgir de mis heridas”. El primero es sobre la experiencia de una joven abusada por un sacerdote en Italia. El otro es sobre mujeres consagradas que son abusadas por sacerdotes. El Papa –por lo que le dijeron estas mujeres al padre Zollner– se impresionó mucho y pidió también seguir este caso.
Por eso concluye asegurando que los Papa, tanto Francisco como en su día Benedicto XVI, “tienen una gran atención personal, muy empática y muy cercana, a las personas en gran dificultad y también hacia aquellos que han sufrido un abuso sexual por parte de un miembro del clero”.
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