(ZENIT – Ciudad del Vaticano, Abr. 2017).- No volverse solamente eruditos o diccionarios vivientes, pero hombres de discernimiento, evitando los caminos cómodos y reductivos del rigorismo o del laxismo, evitando la tentación de refugiarse detrás de una norma rígida o detrás de una imagen de libertad idealizada.
Lo indicó el Santo padre Francisco este sábado por la mañana al recibir en la sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano, a la comunidad del Pontificio Seminario Campano de Posillipo, ubicado cerca de la ciudad italiana de Nápoles, fundado por voluntad de san Pío X y dirigido por la Compañía de Jesús.
En un tiempo en el que todos “nos sentimos pequeños, quizás impotentes delante del desafío educativo, caminar juntos, en un auténtico espíritu sinodal, es una decisión ganadora”, señaló el Pontífice, porque “ayudados, animados y enriquecidos los unos con los otros”.
El sucesor de Pedro les indicó tres aspectos, que de acuerdo al estilo ignaciano significa “partir de la centralidad de la relación de amistad personal con el Señor Jesús”. Con una formación que no los vuelva solamente eruditos o un diccionario, sino que les vuelva capaces de “una lectura crítica de la realidad”.
Porque “todo el camino vocacional, como para Simón Pedro y los primeros discípulos, gira entorno a un diálogo de amor, de amistar, mientras nosotros reconocemos en Jesús al Mesías”.
Les invitó así a los seminaristas a no tener miedo de llamar a las cosas por su nombre, abrirse a la transparencia, en particular hacia los formadores, “huyendo de la tentación del formalismo y del clericalismo”.
El segundo aspecto que subrayó el Papa es el discernimiento “que ayuda a los jóvenes a reconocer la voz del Señor entre tantas”. Y para ello es necesario tener “buena familiaridad para escuchar la palabra del Dios”, pero “también de sí mismos, del propio mundo interior, de los afectos y de los miedos”.
“Para volverse hombres de discernimiento es necesario tener coraje”, dijo el Papa, “al contrario de los caminos cómodos y reductivos del rigorismo o del laxismo”. Evitando la tentación de refugiarse detrás de una norma rígida o detrás de una imagen de libertad idealizada.
Porque “educar al discernimiento quiere decir exponerse, salir del mundo de las propias convicciones y prejuicios para abrirse y entender como Dios nos habla hoy, en questo mundo, en teste tiempo y en este momento”.
“No contentarse con cubrir un rol, de vestir un hábito les ayudará a no tener prisa para concluir vuestro itinerario”, dijo el Pontífice, pero a volver “más sólida la estructura humana y espiritual”.
“Buscar el Reino de Dios -añadió el Papa- quiere decir huir de la lógica de la mediocridad del “mínimo indispensable”, y abrirse para descubrir los grandes sueños de Dios para nosotros”.
Los jóvenes que han decidido al seguir al Señor en el camino del sacerdocio, de hecho están llamados a cultivar la amistad con Jesús, que se manifiesta de manera privilegiado en el amor a los pobres”.
El Pontífice al concluir pidió a Dios que “les conceda seguir con alegría y fidelidad este vuestro camino”.
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