“Al conocer la noticia de la decisión de Su Santidad de encomendarle altísimas responsabilidades en el Gobierno de la Iglesia Católica, deseo hacerle llegar, en nombre del pueblo italiano y en el mío, vivas congratulaciones y fervientes deseos de enhorabuena.
El elevadísimo cargo que el Santo Padre ha querido encomendarle constituye el reconocimiento de un prestigioso recorrido al servicio de la Iglesia. Durante los largos años transcurridos en la Secretaría de Estado, ha sido unánimemente apreciada su constante atención por las relaciones entre el Estado italiano y la Santa Sede y su empeño, a fin de que la relación de ejemplar concordia y armoniosa convivencia existente entre ambas orillas del Tíber pudiera consolidarse aún más, en el respeto de la independencia y de la soberanía de la que cada una de las partes es titular en su propio orden.
Estoy seguro – concluye el presidente Napolitano en su mensaje – de que gracias a su presencia en la cumbre de la Secretaría de Estado, nuestras relaciones seguirán enriqueciéndose con nuevos contenidos y nuestra colaboración en defensa de la paz y de la justicia en los diversos escenarios internacionales podrá consolidarse ulteriormente.
Con estos sentimientos y con el deseo de poder encontrarme pronto con Usted de buena gana le hago llegar, Excelencia Reverendísima, fervientes votos de bienestar personal y de pleno éxito en el cumplimiento de su altísimo cargo”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).
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