Damasco – Mientras que parece inminente el ataque militar de las fuerzas armadas occidentales en Siria, “un llamamiento a la paz y al rechazo de toda violencia” se eleva desde el monasterio de Deir Mar Musa , un oasis de oración, al norte de Damasco, re-fundado por el padre jesuita Paolo Dall'Oglio, secuestrado hace un mes en la zona de Raqqa.
Los monjes y monjas de la comunidad que residen en el monasterio, que participan en una obra de diálogo y de reconciliación espiritual entre el Islam y el cristianismo, acaban de vivir una “jornada especial de oración y ayuno”, el 27 de agosto, por la liberación del padre Paolo y por la paz en Siria. El p. Jacques Mourad, responsable de la comunidad, dice a Fides: “Hemos vivido este día con alegría y serenidad espiritual. Hemos rezado: ponemos nuestras vidas en manos de Dios y le decimos: Hágase tu voluntad”.
Sobre la inminente acción militar de los países occidentales en Sira, el p. Mourad dice: “Estamos en una fase de sufrimiento extremo. Esperamos que los países occidentales asuman una posición justa ante esta tremenda crisis en Siria. Una posición 'justa' significa rechazar todo tipo de violencia, detener las armas, no poner a unos contra otros, defender y proteger los derechos humanos”.
La hermana Houda Fadoul, responsable de la comunidad femenina de Dei Mar Musa, confirma a la Agencia Fides: “No podemos aceptar o apreciar una intervención armada de las potencias extranjeras. Seguimos con nuestra misión, que es elevar a Dios un culto espiritual, sobre todo para educar a los jóvenes al diálogo y a la paz. Creemos que hoy, incluso en este amargo conflicto, la oración es un medio poderoso para resistir al mal y es el única instrumento que alimenta la esperanza”.
Los monjes y monjas de la comunidad que residen en el monasterio, que participan en una obra de diálogo y de reconciliación espiritual entre el Islam y el cristianismo, acaban de vivir una “jornada especial de oración y ayuno”, el 27 de agosto, por la liberación del padre Paolo y por la paz en Siria. El p. Jacques Mourad, responsable de la comunidad, dice a Fides: “Hemos vivido este día con alegría y serenidad espiritual. Hemos rezado: ponemos nuestras vidas en manos de Dios y le decimos: Hágase tu voluntad”.
Sobre la inminente acción militar de los países occidentales en Sira, el p. Mourad dice: “Estamos en una fase de sufrimiento extremo. Esperamos que los países occidentales asuman una posición justa ante esta tremenda crisis en Siria. Una posición 'justa' significa rechazar todo tipo de violencia, detener las armas, no poner a unos contra otros, defender y proteger los derechos humanos”.
La hermana Houda Fadoul, responsable de la comunidad femenina de Dei Mar Musa, confirma a la Agencia Fides: “No podemos aceptar o apreciar una intervención armada de las potencias extranjeras. Seguimos con nuestra misión, que es elevar a Dios un culto espiritual, sobre todo para educar a los jóvenes al diálogo y a la paz. Creemos que hoy, incluso en este amargo conflicto, la oración es un medio poderoso para resistir al mal y es el única instrumento que alimenta la esperanza”.
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