Cotonou - “Benin vive actualmente en un clima de gran tensión, de divisiones abiertas y de profundo malestar. Todos los días escuchamos los gritos de la gente, de todas las tendencias. La angustia, la ansiedad y la desconfianza están arraigando en los corazones peligrosamente”, se lee en la carta pastoral publicada el 15 de agosto, con la que los obispos de Benin toman una posición sobre la reforma de la Constitución.
El punto de discusión es la abolición de la norma que impone el Jefe de Estado en cargo no poder presentarse más de dos mandatos. El presidente Thomas Boni Yayi quiere enmendar la Constitución para poder presentarse a las elecciones en busca de un tercer mandato.
En el documento, enviado a la Agencia Fides, se recuerda que la Iglesia “tiene el deber moral de señalar que en un sistema democrático, cualquier reforma que suscita grandes tensiones y disputas nunca ha beneficiado al pueblo sino que lo ha dividido. ¿Para que sirve una revisión en medio de la división, si no para poner en peligro la paz de la nación?”.
Los obispos señalan que el debate sobre la reforma constitucional se lleva a cabo en un contexto social caracterizado por “la pobreza, más aún, por la miseria de un gran sector de la población que carece del mínimo necesario para vivir frente a la opulencia de una minoría”. Además la falta de cohesión social se ve agravada también por “el creciente desempleo juvenil; las prácticas regionalistas que comportan discriminación y divisiones; las acusaciones de envenenamiento y la conspiración contra el Presidente de la República”.
Recordando que “la Iglesia no aporta soluciones técnicas o políticas”, los obispos hacen un llamamiento al diálogo para superar todas las divisiones nacionales. Citando el llamamiento a los líderes africanos realizado por Benedicto XVI en su discurso del 19 de noviembre de 2011 en el Palacio de la República, con motivo de su visita a Benin, el mensaje concluye con estas palabras: “No privéis a vuestros pueblos de la esperanza. No amputéis su porvenir mutilando su presente”.
El punto de discusión es la abolición de la norma que impone el Jefe de Estado en cargo no poder presentarse más de dos mandatos. El presidente Thomas Boni Yayi quiere enmendar la Constitución para poder presentarse a las elecciones en busca de un tercer mandato.
En el documento, enviado a la Agencia Fides, se recuerda que la Iglesia “tiene el deber moral de señalar que en un sistema democrático, cualquier reforma que suscita grandes tensiones y disputas nunca ha beneficiado al pueblo sino que lo ha dividido. ¿Para que sirve una revisión en medio de la división, si no para poner en peligro la paz de la nación?”.
Los obispos señalan que el debate sobre la reforma constitucional se lleva a cabo en un contexto social caracterizado por “la pobreza, más aún, por la miseria de un gran sector de la población que carece del mínimo necesario para vivir frente a la opulencia de una minoría”. Además la falta de cohesión social se ve agravada también por “el creciente desempleo juvenil; las prácticas regionalistas que comportan discriminación y divisiones; las acusaciones de envenenamiento y la conspiración contra el Presidente de la República”.
Recordando que “la Iglesia no aporta soluciones técnicas o políticas”, los obispos hacen un llamamiento al diálogo para superar todas las divisiones nacionales. Citando el llamamiento a los líderes africanos realizado por Benedicto XVI en su discurso del 19 de noviembre de 2011 en el Palacio de la República, con motivo de su visita a Benin, el mensaje concluye con estas palabras: “No privéis a vuestros pueblos de la esperanza. No amputéis su porvenir mutilando su presente”.
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