(RV).- “Ustedes son herederos de un gran testimonio, de una preciosa confesión”, el Santo Padre en la misa conclusiva del viaje a Corea, explica a los fieles el gran papel que tuvieron Paul Yun Ji-Chung y sus 123 compañeros mártires. Animando a la juventud que le escucha, el obispo de Roma les pide que dejen que “Cristo transforme su natural optimismo en esperanza cristiana”, “ éste es el camino para vencer todo lo que amenaza la esperanza, la virtud y el amor en su vida, en su cultura”. El Santo Padre explica que los jóvenes cristianos asiáticos son una “parte necesaria y apreciada del presente de la Iglesia”, por eso les pide que continúen unidos a Dios, a pesar de las tentaciones de la vida, como tuvieron los discípulos en la lectura del Evangelio de este domingo. Finalmente el Papa invita, como dice el Salmo responsorial, a “Cantar con alegría”, “esta misericordia es la que nos salva”, dijo. (MZ-RV)
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