(ZENIT – Roma).- El arzobispo de Rouen, Dominique Lebrun, donará mañana jueves a la basílica romana de San Bartolomeo en la Isla Tiberina, el breviario del padre Jacques Hamel, el sacerdote francés asesinado el 26 de julio en un ataque terroristas en su iglesia de la periferia de dicha ciudad francesa, mientras celebraba la santa misa.
Lo indicó esta tarde en un comunicado, la comunidad de San Egidio, a quien Juan Pablo II le confió en 1999 esta antigua iglesia y donde se encuentra un memorial de los mártires del siglo XX y XXI. En la ceremonia participará una numerosa delegación de la diócess de Rouen, entre los cuales algunos familiares del padre Jacques.
El papa Francisco lo ha definido hoy como “un hombre bueno, manso, fraternal que siempre buscaba de lograr la paz”, un “mártir” y “un beato”.
La iglesia de San Bartolomé es una de los templos de Roma, construido en el año 1000 en la isla que se encuentra en medio del río Tíber, que divide la actual capital Italia, para guardar las reliquias de San Bartolomé Apóstol, y que hoy contiene el memorial de los nuevos mártires del siglo XX y XXI.
En el interior de la basílica están las reliquias de varios testimonios martirizados, como el pastor evangélico Paul Schneider y el campesino Franz Jägerstätter, opositores al nazismo por objeción de conciencia; del monje y guía espiritual Sofian Boghiu, opositor del totalitarismo comunista en Rumania; del sacerdote romano Andrea Santoro, asesinado en Turquía.
También hay reliquias de mártires en América Latina, como las del cura francés André Jarlan asesinado en Chile, y del obispo Óscar Arnulfo Romero.
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