(RV).- El porcentaje de contaminación en el planeta aumenta vertiginosamente. El sistema económico y social marcado por la globalización que rige a la mayor parte de las sociedades, expone a la naturaleza de manera aberrante, a un constante y creciente deterioro cuyas consecuencias han comenzado a evidenciarse en las últimas deácadas.
La creación también sabe levantar su voz. Así nos lo recuerda el Papa Francisco en uno de los fragmentos de su encíclica Laudato Si': «Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que “gime y sufre dolores de parto” (Rm 8,22)».
Los oyentes de Radio Vaticana unen sus voces a la exhortación del Obispo de Roma a cuidar y respetar la Madre Tierra, nuestra «Casa Común». Dejar de explotarla como si fuera un bien propio que podemos usar y desechar según el parecer de nuestra propia voluntad y comenzar a tratarla como lo que verdaderamente es: un don precioso de Dios para la humanidad.
«Ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la historia», dijo el Santo Padre en su homilía de la misa que celebró junto a las Comunidades Indígenas en Chiapas, durante su viaje Apostólico a México en febrero de 2016.
Se trata de un llamamiento de caracter universal, que no debe ser interpretado como un mensaje teórico reivindicativo. Por el contrario, las palabras del Papa deben incentivar a la práctica de acciones concretas que conduzcan a un verdadero desarrollo sostenible para nuestra Madre Tierra.
Todos estamos llamados a abrir los ojos ante el grave desequilibrio al que estamos sometiendo al Medio Ambiente mediante la explotación deliberada de los recursos naturales y la falta de concienciación a la hora de reponer los bienes que tomamos, tanto de la tierra, como de los mares y océanos. Ante el creciente deterioro del medio ambiente nuestra sociedad no puede permanecer indiferente, ya que está en juego la supervivencia de nuestro entorno natural y de la vida humana.
Agradecemos todos los mensajes que Radio Vaticana recibe en sus cuentas de Facebook y en Twitter. Los invitamos a seguir dialogando fraternalmente sobre el cuidado de nuestro planeta en nuestras Redes Sociales con el objetivo de perseverar en la urgente necesidad de que necesitamos un cambio: la humanidad en su conjunto debe dejar de abusar de la creación y comenzar a verla como un don divino.
(SL-RV)
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