Diyarbakir – En el contexto de las operaciones militares puestas en marcha en el sur de Turquía contra las posiciones kurdas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán , el gobierno turco ha ordenado la expropiación de una amplia zona del centro histórico de Diyarbakir, confiscando también todas las iglesias de la metrópolis que se encuentra en la orilla del río Tigris. Lo refieren fuentes locales, relanzadas por Agos, el periódico bilingüe turco-armenio publicado en Estambul.
La disposición de expropiación del gobierno también ha sido publicada en la Gazeta Oficial del Consejo de Ministros, y ha visto involucrada a la Iglesia Apostólica Armenia de San Giragos , la iglesia siríaca dedicada a la Virgen María, la iglesia caldea de Mar Sarkis la iglesia armenio-católica y un lugar de culto protestante, además de más de 6 mil viviendas, ubicadas en su mayoría en el casco antiguo. Por el momento ninguna iglesia cristiana de Diyarbakir está abierta al culto.
El funcionario turco Adnan Ertem, responsable de la Dirección de fundaciones religiosas, ha presentado la expropiación como medida preventiva tomada como procedimiento de emergencia para salvaguardar el centro histórico de Diyarbakir de la devastación causada por el conflicto. Mientras Nevin Solukaya, jefe de la Oficina de Cultura de la ciudad de Diyarbakir, ha sugerido a los responsables de las Fundaciones que resultan tutilares de las varias iglesias expropiadas que presenten un recurso contra la nacionalización.
La iglesia armenia de San Ciriaco, recientemente restaurada después de años de abandono y agotadoras negociaciones con las autoridades civiles, es una de las iglesias armenias más grandes de Oriente Medio, y tiene una historia secular.
El lunes 28 de marzo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró que desde el pasado mes de julio – cuando se reanudaron los enfrentamientos con los insurgentes en las zonas del país donde se concentra la minoría kurda – las fuerzas armadas turcas han matado a más de 5.000 militantes del PKK mientras que en el mismo periodo, las fuerzas de seguridad del gobierno habrían registrado entre sus filas 355 caídos. En el conflicto a fases alternas entre el ejército y los grupos paramilitares turcos del independentismo kurdo, la etapa que se abrió en julio es la más sangrienta registrada en las últimas dos décadas. .
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