(ZENIT – 23 sept. 2019).- Dentro de dos semanas comenzará la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica, en la que obispos y expertos de todo el mundo reflexionarán sobre la “Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral”.
Surinam, ex-colonia holandesa, es uno de los nueve países que componen el territorio de la Amazonía, junto con Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, y Guayana Francesa en una extensión de casi 8 millones de kilómetros cuadrados. limita al Este con la Guayana Francesa, al Sur con Brasil y al Oeste con la Guyana. Al norte, el país es bañado por el Océano Atlántico.
La mitad de los bosques tropicales del mundo se encuentran en la Amazonía y albergan el 15% de la biodiversidad terrestre. La cuenca del río Amazonas y los bosques tropicales que la circundan nutren los suelos y regulan, a través del reciclado de humedad, los ciclos del agua, energía y carbono a nivel planetario.
Diversidad étnica
Sus 558 mil habitantes representan la más rica diversidad étnica de América del Sur. La mayoría de la población es descendiente de esclavos africanos y jornaleros contratados indios y javaneses traídos por los holandeses para trabajar en la agricultura, por consecuente esta mezcla étnica se evidencia también en las creencias religiosas del pueblo.
Durante el período colonial holandés, la economía se basaba principalmente en la agricultura, con mano de obra dependiente de esclavos africanos. Hoy, se mueve con la producción de oro, bauxita y la exportación de aluminio. La actividad industrial se dirige a la transformación de minerales y de madera, y la extracción clandestina es motivo de preocupación, sobre todo porque no se observan los cuidados ambientales con el mercurio en la minería artesanal de oro.
La diócesis de Paramaribo comprende todo el Surinam y el actual obispo es monseñor Karel Choennie.
Iglesia en la Amazonía de Surinam
La Prefectura Apostólica de Guyana Holandesa fue establecida en 1817, con la llegada de dos sacerdotes a la colonia. Con la creación del Vicariato Apostólico en Paramaribo, comenzó la obra misionera de los Padres Redentoristas, en 1842, con un enfoque especial a los esclavos africanos, que trabajaban en duras condiciones en las plantaciones.
Hasta la independencia, en 1975, la mayoría de las escuelas en Surinam eran administradas por la Iglesia Católica Romana, que desempeñó también un papel influyente en la preparación de los líderes nacionalistas tras la II Guerra Mundial.
A partir de la década de 90, ante la escasez de misioneros y vocaciones nativas, la Unión de los Redentoristas de Brasil (URB) se encargó de la misión.
Actualmente, la Comunidad de los Redentoristas en Surinam está compuesta por 4 misioneros que tienen al beato Pedro Donders como Patrono. Los redentoristas atienden cuatro parroquias: Maria Reina del Mundo en Latour; San Francisco en Livorno; Santísimo Redentor en Domburg; Ntra. Sra. de Nazareth (parroquia para los brasileños); y cuatro comunidades de base: San Miguel Arcángel en Houttuin; Hanna’s Lust; Sunny Point; Beato Pedro Donders en Pontbuiten.
En el año de 2016 los redentoristas celebraron 150 años de presencia misionera en Suriname. La Diócesis de Surinam es una jurisdicción de la Arquidiócesis de Puerto España (Trinidad y Tobago). Hoy, cerca del 23 por ciento de la población es católica romana.
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