Kinshasa - Se está incrementando la tensión entre la República Democrática del Congo y Ruanda, después de que el gobierno congoleño haya acusado a Kigali de haber golpeado Goma, capital de Kivu Norte , con algunos tiros de artillería partidos directamente desde el territorio de Ruanda. El portavoz del Gobierno de Kinshasa, Lambert Mende, ha calificado “la acción de Ruanda contra la población civil como crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad”.
El episodio se remonta al 22 de agosto, cuando unos proyectiles de artillería “que no provenían desde el interior del Congo”, como han afirmado de inmediato las autoridades locales, han causado 4 muertos y 12 heridos, según un balance oficial.
En Kivu del Norte, las fuerzas armadas congoleñas han lanzado una ofensiva contra los diversos grupos guerrilleros que operan allí, el principal de los cuales es el M23, que según Kinshasa se presume que está respaldado por Ruanda.
La ofensiva congoleña está respaldada por la brigada especial de intervención de la ONU y los cascos azules de la MONUSCO . Después de la explosión de los obuses, la población de Goma salió a las calles de la ciudad para reclamar la protección de los cascos azules. La protesta degeneró en un asalto a la sede de la MONUSCO en la que dos manifestantes murieron. Se ha abierto una investigación para determinar si los manifestantes fueron golpeados por militares del contingente uruguayo de la ONU o de la policía congoleña.
“Este último episodio es una ulterior demostración de la exasperación de la población de Kivu del Norte”, dicen a la Agencia Fides fuentes locales. Una delegación de la sociedad civil en Kivu del Norte que se ha reunido en Washington con representantes del Congreso de los EE.UU. y de la Casa Blanca ha informado de la desesperación de la población local. “En cuanto a la falta de observancia por parte de Ruanda y Uganda, de la aplicación del Acuerdo Marco de Addis Abeba y la pasividad de la Brigada de Intervención de la ONU para actuar contra las fuerzas negativas en el norte de Kivu, la sociedad civil advierte a los EE.UU. Que la población puesta al extremo pronto tomará las cosas en sus manos”, afirma una declaración recibida por la Agencia Fides. “Algo que no podrá ser controlado ni por los líderes de la sociedad civil ni por el gobierno congoleño”.
La crisis en Kivu del Norte podría llegar a involucrar a otros Estados ya que el gobierno de Kinshasa ha firmado un acuerdo tripartito con Angola y Sudáfrica, para la “estabilización de la región de los Grandes Lagos”. En base a los acuerdos Luanda y Pretoria se han comprometido a prestar asistencia a las fuerzas armadas y de la policía congoleñas.
El episodio se remonta al 22 de agosto, cuando unos proyectiles de artillería “que no provenían desde el interior del Congo”, como han afirmado de inmediato las autoridades locales, han causado 4 muertos y 12 heridos, según un balance oficial.
En Kivu del Norte, las fuerzas armadas congoleñas han lanzado una ofensiva contra los diversos grupos guerrilleros que operan allí, el principal de los cuales es el M23, que según Kinshasa se presume que está respaldado por Ruanda.
La ofensiva congoleña está respaldada por la brigada especial de intervención de la ONU y los cascos azules de la MONUSCO . Después de la explosión de los obuses, la población de Goma salió a las calles de la ciudad para reclamar la protección de los cascos azules. La protesta degeneró en un asalto a la sede de la MONUSCO en la que dos manifestantes murieron. Se ha abierto una investigación para determinar si los manifestantes fueron golpeados por militares del contingente uruguayo de la ONU o de la policía congoleña.
“Este último episodio es una ulterior demostración de la exasperación de la población de Kivu del Norte”, dicen a la Agencia Fides fuentes locales. Una delegación de la sociedad civil en Kivu del Norte que se ha reunido en Washington con representantes del Congreso de los EE.UU. y de la Casa Blanca ha informado de la desesperación de la población local. “En cuanto a la falta de observancia por parte de Ruanda y Uganda, de la aplicación del Acuerdo Marco de Addis Abeba y la pasividad de la Brigada de Intervención de la ONU para actuar contra las fuerzas negativas en el norte de Kivu, la sociedad civil advierte a los EE.UU. Que la población puesta al extremo pronto tomará las cosas en sus manos”, afirma una declaración recibida por la Agencia Fides. “Algo que no podrá ser controlado ni por los líderes de la sociedad civil ni por el gobierno congoleño”.
La crisis en Kivu del Norte podría llegar a involucrar a otros Estados ya que el gobierno de Kinshasa ha firmado un acuerdo tripartito con Angola y Sudáfrica, para la “estabilización de la región de los Grandes Lagos”. En base a los acuerdos Luanda y Pretoria se han comprometido a prestar asistencia a las fuerzas armadas y de la policía congoleñas.
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