Manila – El fenómeno de la corrupción siempre está presente: por esta razón, la Iglesia de Filipinas garantiza la transparencia en la gestión de los más de 7,7 millones de dólares de ayuda humanitaria recibidos para ayudar a las víctimas del tifón Haiyan . Así lo afirma la Comisión de Acción Social, Justicia y Paz, de la Conferencia episcopal de Filipinas. En una nota enviada a la Agencia Fides, el p. Edu Gariguez, Secretario Ejecutivo de la Comisión, afirma que “todas las donaciones para las operaciones de socorro están sujetas a mecanismos de control estrictos y eficaces”. “El tema de la transparencia sobre las donaciones a las víctimas de Yolanda - dice - es fundamental: tenemos nuestro propio sistema de seguimiento”, recordando uno de los problemas que afligen a la nación: la corrupción.
A menudo, los mecanismos de corrupción, subraya, encuentran un terreno fértil en los fondos procedentes del extranjero para los casos de desastres naturales. Este fenómeno se hace aún más “horrible” porque daña y sustrae ayuda a las personas que están enormemente puestas a la prueba por el desastre, que luchan contra el hambre y la pobreza. Así que es necesario un surplus de transparencia: por ello “los fondos donamos por la Iglesia también son controlados por empresas de auditoría externas que siguen las normas internacionales”. La Iglesia de las Filipinas está supervisando la reconstrucción en nueve diócesis afectadas por el tifón de noviembre de 2013, que provocó la muerte de 6.200 personas y la desaparición de otras 2.000. Dejando a unas cuatro millones de personas sin hogar.
A menudo, los mecanismos de corrupción, subraya, encuentran un terreno fértil en los fondos procedentes del extranjero para los casos de desastres naturales. Este fenómeno se hace aún más “horrible” porque daña y sustrae ayuda a las personas que están enormemente puestas a la prueba por el desastre, que luchan contra el hambre y la pobreza. Así que es necesario un surplus de transparencia: por ello “los fondos donamos por la Iglesia también son controlados por empresas de auditoría externas que siguen las normas internacionales”. La Iglesia de las Filipinas está supervisando la reconstrucción en nueve diócesis afectadas por el tifón de noviembre de 2013, que provocó la muerte de 6.200 personas y la desaparición de otras 2.000. Dejando a unas cuatro millones de personas sin hogar.
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