Ciudad del Vaticano – “La Universidad Urbaniana es un laboratorio donde las culturas se conocen y se valoran en los dones de los que cada una es portadora. Durante las clases y en el intercambio personal entre los estudiantes y los docentes, se tiene la oportunidad de experimentar ese esfuerzo continuo que caracteriza a las comunidades cristianas en el mundo para poner en diálogo los elementos culturales y tradicionales propios con el evangelio y obtener frutos para la propuesta de una experiencia cristiana auténtica”. Así el p. Alberto Trevisiol, misionero de la Consolación , Rector Magnifico de la Universidad Pontificia Urbaniana, describe a Fides las actividades de la Universidad en el Gianicolo .
La Urbaniana que hoy, 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, celebra su fiesta patronal, nació en 1627 al interno de la Congregación “De Propaganda Fide”, como centro de formación para sacerdotes que se preparaban para marchar como misioneros para llevar el evangelio a lso territorios en los que todavía no había llegado nunca. “Aquí se han preparado muchos de los que han participado al gran esfuerzo que la Iglesia ha vivido desde el siglo XVI, al encontrar por primera vez mundos hasta ahora desconocidos”, recuerda el Rector, y “hoy la Urbaniana sigue respondiendo a su antigua y siempre válida vocación de acompañar y promover con la reflexión y el estudio, la tarea misionera de la Iglesia en el mundo”.
La estructura académica engloba cuatro facultades , dos institutos de educación superior , el Centro de Estudios Chinos, el Centro para las Comunicaciones Sociales, el Departamento de Idiomas, además de la biblioteca, que alberga una valiosa colección de libros y documentos que desde el siglo XV ha acompañado el estudio y la investigación sobre el mundo misionero.
En este centro internacional de estudio e investigación, trabajan personas de más de 120 países, representantes de culturas, contextos sociales y religiosos muy diferentes. “Esta realidad, reflejo de los procesos de globalización a los que está sometido el mundo moderno - continúa el padre Trevisiol - asegura que los más de 1.500 estudiantes de la Universidad Urbaniana no sólo se preparen con el estudio a las tareas pastorales que les esperan, sino que además tienen la oportunidad de vivir una experiencia de multiculturalidad con personas de diferentes orígenes, que facilita la apertura al encuentro y el intercambio”.
Una nota característica de la “Universidad misionera” la constituyen los Institutos afiliados: de hecho
hace referencia a la Urbaniana una red de casi 100 instituciones culturales y formativas de África, Asia, América, Europa y Oceanía, frecuentadas complesivamente por más de 10.000 estudiantes, a los que la Urbaniana concede un título de estudio reconocido en el mundo. La Universidad ayuda a los Institutos en la puesta en marcha de los programas de estudio, entrega material didáctico y promueve cursos de actualización periódicos para los docentes.
“En nuestro tiempo - dice el Rector - las exigencias del mundo contemporáneo, con sus cambios rápidos y radicales que están teniendo lugar, requieren un compromiso misionero que se caracterice no sólo por el don generoso de sí mismo, de las energías y los recursos humanos, y a menudo también de la propia vida, sino también desde el conocimiento y la comprensión de los contextos religiosos, culturales y los entornos sociales en los que se va a trabajar y además desarrollar los métodos con los que entrar en contacto profundo con ellos, con el fin de enraizar el evangelio. La Urbaniana se esfuerza por responder a estas necesidades, acogiendo las peticiones de ayuda de los trabajadores pastorales de los países de Misión, comprometiéndose a proporcionar a los estudiantes la formación cultural y humana que favorezca este compromiso esencial de la Iglesia Universal”.
La Urbaniana que hoy, 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, celebra su fiesta patronal, nació en 1627 al interno de la Congregación “De Propaganda Fide”, como centro de formación para sacerdotes que se preparaban para marchar como misioneros para llevar el evangelio a lso territorios en los que todavía no había llegado nunca. “Aquí se han preparado muchos de los que han participado al gran esfuerzo que la Iglesia ha vivido desde el siglo XVI, al encontrar por primera vez mundos hasta ahora desconocidos”, recuerda el Rector, y “hoy la Urbaniana sigue respondiendo a su antigua y siempre válida vocación de acompañar y promover con la reflexión y el estudio, la tarea misionera de la Iglesia en el mundo”.
La estructura académica engloba cuatro facultades , dos institutos de educación superior , el Centro de Estudios Chinos, el Centro para las Comunicaciones Sociales, el Departamento de Idiomas, además de la biblioteca, que alberga una valiosa colección de libros y documentos que desde el siglo XV ha acompañado el estudio y la investigación sobre el mundo misionero.
En este centro internacional de estudio e investigación, trabajan personas de más de 120 países, representantes de culturas, contextos sociales y religiosos muy diferentes. “Esta realidad, reflejo de los procesos de globalización a los que está sometido el mundo moderno - continúa el padre Trevisiol - asegura que los más de 1.500 estudiantes de la Universidad Urbaniana no sólo se preparen con el estudio a las tareas pastorales que les esperan, sino que además tienen la oportunidad de vivir una experiencia de multiculturalidad con personas de diferentes orígenes, que facilita la apertura al encuentro y el intercambio”.
Una nota característica de la “Universidad misionera” la constituyen los Institutos afiliados: de hecho
hace referencia a la Urbaniana una red de casi 100 instituciones culturales y formativas de África, Asia, América, Europa y Oceanía, frecuentadas complesivamente por más de 10.000 estudiantes, a los que la Urbaniana concede un título de estudio reconocido en el mundo. La Universidad ayuda a los Institutos en la puesta en marcha de los programas de estudio, entrega material didáctico y promueve cursos de actualización periódicos para los docentes.
“En nuestro tiempo - dice el Rector - las exigencias del mundo contemporáneo, con sus cambios rápidos y radicales que están teniendo lugar, requieren un compromiso misionero que se caracterice no sólo por el don generoso de sí mismo, de las energías y los recursos humanos, y a menudo también de la propia vida, sino también desde el conocimiento y la comprensión de los contextos religiosos, culturales y los entornos sociales en los que se va a trabajar y además desarrollar los métodos con los que entrar en contacto profundo con ellos, con el fin de enraizar el evangelio. La Urbaniana se esfuerza por responder a estas necesidades, acogiendo las peticiones de ayuda de los trabajadores pastorales de los países de Misión, comprometiéndose a proporcionar a los estudiantes la formación cultural y humana que favorezca este compromiso esencial de la Iglesia Universal”.
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