Homilía del Papa: En Dios la justicia es misericordia

(RV).- En el camino del cristiano la verdad no se negocia, pero es necesario ser justos en la misericordia, como nos ha enseñado Jesús. Lo afirmó el Papa en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. En su reflexión, el Pontífice advirtió ante la hipocresía y el engaño de una fe reducida a una “lógica casuística”.

“¿Es lícito para un marido repudiar a la propia esposa?”. Es la pregunta que en el Evangelio del día, de San Marcos, formulan los Doctores de la Ley que siguen a Jesús durante su predicación en Judea.

Jesús no cede a la lógica casuística explicando siempre la verdad

Lo hacen para ponerlo, una vez más, “a prueba”, observó Francisco; a la vez que se inspiró en la respuesta dada por el Señor para explicar lo que más cuenta en la fe:

“Jesús no responde si es lícito o no; no entra en su lógica casuística. Porque ellos sólo pensaban en la fe en términos de ‘se puede’ o ‘no se puede’, hasta dónde se puede, hasta dónde no se puede. Esa lógica de la casuística: Jesús no entra en esto. Y dirige una pregunta: ‘¿Pero qué cosa les ha ordenado Moisés? ¿Qué hay en su Ley?’. Y ellos explican el permiso que dio Moisés de repudiar a la mujer, y son precisamente ellos los que caen en la trampa. Porque Jesús los califica como ‘duros de corazón’: ‘Por la dureza de su corazón él escribió para ustedes esta norma’, y dice la verdad. Sin casuística. Sin permisos. La verdad”.

El Papa subrayó que “Jesús siempre dice la verdad”, y que explica las cosas “como han sido creadas”, la verdad de las Escrituras, de la Ley de Moisés. Y también lo hace cuando son sus discípulos quienes lo interrogan acerca del adulterio, a los que les repite: “Quien repudia a su propia esposa y se casa con otra, comete adulterio hacia ella, y si ella ha repudiado al marido y se casa con otro, comete adulterio”.

La lógica de la casuística es hipócrita, engaña

Pero si la verdad es ésta y el adulterio es “grave”, ¿cómo explicar entonces – se preguntó Francisco – que Jesús haya hablado “tantas veces con una adúltera, pagana”? “Bebió de su vaso, que no estaba purificado”. Y al final le dijo: “Yo no te condeno. No peques más”. ¿Cómo se explica?:

“Y el camino de Jesús  – se ve claramente – es el camino de la casuística a la verdad y a la misericordia. Jesús deja afuera la casuística. A aquellos que querían ponerlo a prueba, a aquellos que pensaban con esta lógica del ‘se puede’, los califica – no aquí, sino en otro pasaje del Evangelio – de hipócritas. También con el cuarto mandamiento, éstos se negaban a asistir a los padres con la excusa de que habían hecho una bella ofrenda a la Iglesia. Hipócritas. La casuística es hipócrita. Es un pensamiento hipócrita. ‘Se puede – no se puede’… que después se hace más sutil, más diabólico: ¿Pero hasta acá, puedo? Pero de aquí hasta aquí, no puedo. Es el engaño de la casuística.”

De la casuística, a la verdad y a la misericordia: éste es el camino cristiano

Por tanto, el camino del cristiano no cede a la lógica de la casuística, sino que responde con la verdad, que, siguiendo el ejemplo de Jesús, va acompañada por la misericordia, “porque Él es la encarnación de la Misericordia del Padre, y no puede negarse a sí mismo. No puede negarse a sí mismo porque es la Verdad del Padre, y no puede negarse a sí mismo porque es la Misericordia del Padre”. Este es el camino que Jesús nos enseña”, difícil de aplicar – hizo notar el Papa – ante las tentaciones de la vida:

Justicia y misericordia: es el camino que hace feliz

“Cuando la tentación te toca el corazón, este camino de salir de la casuística a la verdad y a la misericordia, no es fácil: se necesita la gracia de Dios para que nos ayude a ir adelante así. Y debemos pedirla siempre. ‘Señor, que yo sea justo, pero justo con misericordia’. No justo, cubierto por la casuística. Justo en la misericordia. Como eres Tú. Justo en la misericordia. Después, uno de mentalidad casuística puede preguntar: ‘Pero, ¿qué cosa es más importante, en Dios? ¿Justicia o Misericordia?’. También es un pensamiento enfermo, que trata de salir… ¿Qué cosa es más importante? No son dos: es uno solo, una sola cosa. En Dios, justicia es misericordia y misericordia es justicia. Que el Señor nos ayude a comprender este camino, que no es fácil, pero que nos hará felices a nosotros, y hará feliz a tanta gente.”

(María Fernanda Bernasconi – RV).


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