AINA
Bagdad (Agencia Fides) - La Iglesia caldea reafirma oficialmente su desaprobación y su clara distancia de los grupos armados que pretenden ser acreditados en el escenario iraquí como "milicias cristianas". Con una declaración oficial del Patriarcado Caldeo, enviada a la Agencia Fides, se subraya que la idea misma de formar milicias armadas "cristianas" "contradice la espiritualidad cristiana" destinada a alimentar sentimientos de amor, tolerancia, perdón y paz. El pronunciamiento del Patriarcado Caldeo es un apelo a los jóvenes cristianos que quieren contribuir a la seguridad y defensa del Estado la oportunidad de unirse a las filas del ejército oficial iraquí o a las de la policía federal. Para los habitantes de la región autónoma del Kurdistán iraquí, la posibilidad de unirse a las milicias kurdas Peshmerga es algo considerado como legítimo. También se expresa "respeto" por la elección personal de quienes deciden unirse individualmente a las llamadas "Fuerzas de movilización popular" (al Hashd al Shaabi, principalmente milicias paramilitares chiítas que lucharon contra los yihadistas del Estado islámico) o militares en grupos políticos, pero niega toda legitimidad a quienes afirman haber creado las llamadas "brigadas" paramilitares cristianas.
La clara postura de la Iglesia caldea se basa en el decreto emitido por el primer miinistro iraquí Adel Abdul Mahdi el 1 de julio de 2019, con el que se pedía a las milicias paramilitares independientes que cerraran sus oficinas en los centros urbanos y que eligieran claramente entre seguir operando como grupos armados o convertirse en fuerzas políticas, aceptando en este caso el cierre de las oficinas de gestión directa de las actividades económicas. La declaración emitida por el Patriarcado caldeo expresa su reconocimiento y apoyo al decreto emitido por el primer ministro, definiéndolo como "un paso importante que va en la dirección correcta", dirigido a garantizar al Estado el uso exclusivo de las armas y a fortalecer las instituciones nacionales y regionales.
El decreto gubernamental emitido el 1 de julio tiene por objeto limitar la creciente influencia de las milicias chiítas en amplias zonas del país así como su control en algunas provincias del norte de Iraq.
Las milicias chiítas que operan en Iraq tienen vínculos con Irán y con el partido libanés Hezbolá. Según los medios de comunicación y los observadores internacionales, el primer ministro iraquí Adel Abdul Mahdi ha recibido presiones de Estados Unidos y de potencias regionales como Arabia Saudita que temen que la influencia iraní en Irak aumente.
Ya en marzo de 2018, el predecesor de Mahdi, Haider al-Abadi, intentó poner fin a la independencia de las "Fuerzas de Protección Popular" con el objetivo de enmarcarlas en el sistema de defensa y seguridad nacional. Ese intento no tuvo mucho efecto y las milicias siguieron funcionando como entidades autónomas e independientes.
Los milicianos organizados en las Fuerzas de Protección Popular, según algunas estimaciones, son unos 140 000. Abdul Mahdi señaló el próximo 31 de julio como plazo límite para que las milicias se alineen con las indicaciones contenidas en el decreto emitido a principios de mes.
La distancia de la Iglesia caldea de las llamadas "milicias cristianas" parece aplicarse en particular a las llamadas "brigadas babilónicas", dirigidas por Ryan al Kildani (Ryan "el caldeo"), una formación paramilitar creada en los años en que gran parte del territorio iraquí había sido conquistado por los yihadistas de Daesh. Las Brigadas Babilónicas siempre han reivindicado su etiqueta de milicia anti-Daesh compuesta por cristianos, incluso si se documentaba su relación con las milicias chiítas, como las Unidades de Protección Popular (Hashd al Shaabi). En los últimos años, las Brigadas de Babilonia también se han erigido en partido político, presentándose como "Movimiento Babilónico" en las elecciones iraquíes de mayo de 2018, una ronda electoral en la que también obtuvieron buenos resultados ganando dos de los cinco escaños parlamentarios reservados para las minorías cristianas. Después de las elecciones (véase Fides 17/5/2018), voces críticas contra la falta de escrúpulos del Movimiento Babilonia acusaron a la formación política de haber obtenido sus resultados gracias a los votos recibidos por los votantes chiítas. En los últimos días, como lo pudo conocer la Agencia Fides (véase Fides 20/7/2019), incluso Ryan al Kildany figura en la lista de los afectados ad personam por las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de América. Los sancionados son cuatro iraquíes acusados por la Administración de los Estados Unidos de corrupción, robo de dinero público, abuso de poder por motivos personales y violación de derechos humanos.
Según información dada por algunos medios, Estados Unidos acusa a Ryan al Kildani de estar implicado en la apropiación ilegal de tierras agrícolas en la llanura de Nínive y de dirigir grupos paramilitares que estarían impidiendo el regreso a sus hogares de las decenas de miles de personas desplazadas que huyeron en 2014 de esa región que cayó bajo el dominio de los yihadistas del Estado islámico (Daesh).
(GV) (Agencia Fides 25/7/2019).
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