MADRID, 25 Ago. 19 (ACI Prensa).-
El Papa Francisco durante el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro en el Vaticano animó a pedir ayuda a la Virgen María para conseguir la salvación ya que a ella también se la conoce como “‘Puerta del Cielo’ porque ella es la puerta del corazón de Dios: exigente pero abierto a todos”.
Durante el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro, el Papa Francisco comentó el pasaje del Evangelio en el que se le pregunta por cuántas personas se salvarán.
“Jesús le da la vuelta a la pregunta, que se centra en la cantidad: “¿Son pocos?” y coloca la respuesta sobre el plano de la responsabilidad, invitándonos a utilizar bien el tiempo presente. Por eso dice: ‘Esforzaos de entrar por la puerta estrecha, porque muchos intentarán entrar pero no lo conseguirán’”, explicó el Papa Francisco.
Por eso el Papa destacó que “no hay un ‘número cerrado’ en el Paraíso”. Sino que se trata de “recorrer desde ahora el camino justo: que es para todos pero es estrecho”.
“Jesús no quiere engañarnos diciendo: “Sí, tranquilos, es fácil, es una preciosa autopista y al final una gran puerta…” No, Jesús nos dice las cosas como son: el pasaje es estrecho”, precisó.
De esta manera, el Papa Francisco explicó que esto significa que “para salvarse hace falta amar a Dios y al prójimo y esto no es cómodo. Es una “puerta estrecha” requiere compromiso, es decir, esfuerzo, una voluntad decidida y perseverante de vivir según el Evangelio. San Pablo lo llama ‘la buena batalla de la fe””.
Además subrayó que el Señor no nos reconocerá por nuestros “títulos, sino por una vida humilde y buena, una vida de fe que se traduce en las obras”.
“Para nosotros, cristianos, esto significa que estamos llamados a instaurar una verdadera comunión con Jesús, rezando, yendo a la iglesia, acercándonos a los sacramentos y nutriéndonos de su Palabra. Eso nos mantiene en la fe, nutre nuestra esperanza, reaviva la caridad”.
Además animó a “con la gracia de Dios” “gastar nuestra vida por el bien de los hermanos, luchar contra cualquier forma de mal y de injusticia”.
Por último, el Papa pidió a la Virgen María ayuda para llevarlo a cabo, ya que “ella pasó por la puerta estrecha que es Jesús. Lo acogió con todo el corazón y lo siguió cada día de su vida, también cuando no entendía y cuando una espada traspasaba su alma”.
Y destacó que por eso se llama a la Virgen “Puerta del Cielo” porque es “una puerta que tiene exactamente la forma de Jesús, la puerta del corazón de Dios: exigente pero abierto a todos”.
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