Fides
Kinshasa (Agencia Fides) – “Los desafíos que deben emprenderse en la República Democrática del Congo son claros: la población debe estar acompañada para que, desde la justicia y el amor al prójimo, se pueda vivir en paz para construir una nueva sociedad”. Lo explica en una entrevista a Fides Italo Iotti, sacerdote de los Padres Blancos (también llamados Misioneros de África) que durante cuarenta años ha trabajado en el Congo. El misionero recuerda el papel central que desempeñó la Iglesia congoleña en el proceso de democratización de la nación.
El arduo camino para tener unas instituciones sólidas y un estado de derecho es la única forma en que el país africano puede expresar todo su potencial. A pesar de las muchas dudas sobre los resultados de las elecciones presidenciales celebradas en diciembre pasado, la República Democrática del Congo, -señala el misionero-, trata de mirar hacia adelante y espera un cambio real: “La Iglesia fue una de las protagonistas en la últimas elecciones tanto porque acompañó a la población a la hora de votar como porque desplegó a 40 000 observadores en colegios electorales repartidos por todo el país”.
Hablando de los desafíos sociales y económicos de la nación africana, el misionero explica que el territorio congoleño tiene una geografía muy variada por lo que se hace necesario encontrar diferentes formas de conocer a la población local y ofrecerles la presencia religiosa y el apoyo para el desarrollo. “El país se divide en tres grandes zonas: están los grandes centros urbanos, el bosque y la sabana”, explica el sacerdote. En las ciudades, debido a la alta densidad de población, hay posibilidad de celebrar encuentros con la población además de la celebración de la misa dominical. En la sabana y en el bosque, la presencia de misioneros siempre tiene como prioridad no solo la educación y la vida religiosa, sino también ofrecer algunos servicios primarios como escuela, atención médica, atención a la maternidad, dispensarios o centros para paliar la desnutrición infantil. Al sureste del país, donde la minería es más intensa, “los niños y jóvenes ya no van a la escuela porque se dedican a buscar diamantes”, lamenta el padre Iotti. “En otras zonas el desafío es el desarrollo como en la región de Kivu, en la frontera con Ruanda, donde la guerra civil ha causado más de 5 millones de muertos en los últimos diez años”, concluye el misionero.
(ES) (Agencia Fides 24/8/2019)
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