Redacción ZENIT
(ZENIT, 26.06.2021).- El 21 de junio, la Corte Suprema de los Estados Unidos desestimó el caso Mayorkas versus Innovation Law Lab y ordenó que la sentencia de la corte inferior quedara sin efecto. Además, el Tribunal denegó una moción para intervenir presentada por los estados de Texas, Missouri y Arizona. El caso cuestionó la legalidad de los Protocolos de Protección al Migrante (MPP), también conocida como la política de “Permanecer en México”. Bajo los Protocolos de Protección al Migrante, implementados por primera vez en 2019, los solicitantes de asilo fueron devueltos a México para esperar ahí la adjudicación de sus casos. En México regularmente enfrentaban condiciones peligrosas e inhumanas. La decisión del Tribunal sigue a la terminación formal del programa por parte del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos el 1 de junio de 2021.
El 22 de enero de 2021, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), junto con el Catholic Legal Immigration Network, Inc. (CLINIC) y la Catholic Charities USA (CCUSA), presentaron un escrito de amicus curiae en el caso. El escrito argumentó que los Protocolos de Protección al Migrante son contrario al derecho nacional e internacional, que otorgan legalidad a la búsqueda de asilo y protección contra la devolución de migrantes, así como el proceso de enviar refugiados y solicitantes de asilo a cualquier territorio donde puedan enfrentar amenazas a su vida o libertad. El escrito también sostuvo que los Protocolos de Protección al Migrante son contrario a la doctrina social católica, que exige que los migrantes sean acogidos y protegidos de acuerdo con la dignidad que Dios les ha dado.
El obispo Mario E. Dorsonville, obispo auxiliar de Washington y presidente del Comité de Migración de la USCCB, ha dicho al respecto: “Damos la bienvenida a la resolución final de este caso. Al mismo tiempo, la decisión de la Corte no debe verse como una reivindicación legal de los Protocolos de Protección al Migrante, que siguen siendo contrarios a nuestras leyes y moral. De cara al futuro, debemos trabajar como nación para dar la bienvenida al recién llegado y responder a los necesitados con una compasión como la de Cristo. Esto incluye poner fin al uso indebido del Título 42 para rechazar a los solicitantes de asilo vulnerables, abordar las causas fundamentales de la migración y reformar nuestro sistema de inmigración estancado. Es posible hacer estas cosas respetando el estado de derecho. Solo tenemos que comprometernos con la tarea».
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