Por: Ana Paula Morales
El Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Pietro Parolin, visitó México en el marco de la ordenación episcopal de Mons. Fermín Sosa Rodríguez, eclesiástico mexicano al que el Papa nombró nuncio en Papua Nueva Guinea. El Cardenal también visitó el santuario mariano de Izamal en Yucatán y realizó una visita oficial al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, además de recibir la distinción de “huésped distinguido” por parte del Gobierno de la Ciudad de México. ZENIT pudo realizar una entrevista al Cardenal.
En primer lugar, se le preguntó sobre cómo se sentía cada vez que visita México y sus impresiones acerca del país que conoció años atrás con relación al que ve hoy. A eso respondió: “Siempre es un… ¿cómo decirlo? Un sentimiento muy, muy alegre. Aquí viví a finales de los años 80´s, principio de los 90´s. Fue una experiencia muy bonita desde un punto de vista humano y religioso porque pude descubrir la gran humanidad de los mexicanos y su religiosidad a través de su devoción a la Virgen María, como Nuestra Señora de Guadalupe”. Agregó el Cardenal que, desde el punto de vista profesional, fueron años muy importantes por el gran cambio que supuso la Constitución Mexicana con el reconocimiento de la Iglesia Católica, así como el inicio de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede: “Es por eso que yo guardo en mi corazón un recuerdo entrañable de México y siempre regreso con mucho gusto y con mucha alegría”.
Con referencia a la iglesia mexicana, el Cardenal Parolin expresó que hubo un cambio importante desde entonces al abrirse espacios de libertad religiosa “porque el problema no era solamente el de cambiar las leyes, sino el de cambiar las mentalidades”. Y ahora piensa que, a pesar de todo, hay más aceptación de la Iglesia Católica y más espacios de libertad religiosa, por lo cual enfatizó que: “se tiene que seguir caminando por este camino, porque la libertad religiosa no le hace daño a nadie, más bien la libertad religiosa ayuda mucho también desde un punto de vista civil. Como decía el Papa Juan Pablo II, es el eje sobre el cual se construye todo el edificio de los derechos humanos”.
Otra de las preguntas importantes que se le formuló al Cardenal Secretario de Estado estuvo relacionada con sus impresiones al llegar a México para encabezar la ordenación episcopal del ahora obispo, Mons. Fermín Sosa Rodríguez, y el papel de éste como nuevo nuncio apostólico. “Es tradición que el Secretario de Estado ordene a los nuncios, pero es más difícil ordenarlos en su propio país, porque se debe estar presente en cada lugar, ya sea México, India, Estados Unidos, etc., lo cual no siempre es posible (aunque en este caso se logró con mucho ánimo y sentimientos positivos)”.
Y sobre la figura del nuncio afirmó: “Yo creo que ser nuncio hoy en día es un cargo muy importante porque se tienen que consolidar los lazos entre las iglesias locales y la Santa Sede”. Mons. Fermín es de origen mexicano, estuvo en muchas nunciaturas como colaborador, lo cual le brindo preparación para a ir adelante en su misión.
Entre otras actividades, el Cardenal celebró la Eucaristía por las intenciones del Santo Padre en la Insigne Nacional Basílica de Guadalupe de la Ciudad de México: ahí pudo rezar especialmente por la paz y la reconciliación en todo el mundo y, en particular, en México. “Que con la ayuda de Dios y la protección de la Morenita se logre superar la cultura de la división y de la violencia y se pueda instaurar en los corazones y en la sociedad una verdadera cultura de la fraternidad y de la solidaridad”, dijo el Cardenal. A lo que añadió: “Al mismo tiempo, me alegra poder transmitirle a cada uno de ustedes el saludo y la bendición del Papa Francisco, quien acompaña con especial atención y solicitud el caminar del pueblo mexicano”.
El secretario de Estado dijo a ZENIT News Agency que en este tiempo, marcado por grandes desafíos y problemas globales como la pandemia del Covid-19, estamos llamados a mirar al futuro con esperanza, pensando en las grandes responsabilidades que nos esperan, especialmente trabajar en favor de las nuevas generaciones. “Aquí me permito dirigir un recuerdo particular y una sincera oración por los hijos de esta tierra mexicana que murieron a causa del contagio. Pienso en sus familias y seres queridos, pienso en el compromiso de la Iglesia Católica en este país para acompañar espiritualmente, y también materialmente, a quienes han experimentado la enfermedad, la soledad, la fragilidad de la incerteza de cara al futuro. Todos estamos llamados a asumir este desafío y a ponernos al servicio de la gente para defender y promover un renovado espíritu de solidaridad fraterna”.
El Cardenal Parolin terminó la entrevista declarando a ZENIT: “Estoy seguro que las buenas relaciones que existen entre la Santa Sede y los Estados Unidos Mexicanos ayudarán a promover, también en el futuro, una cultura atenta a la tutela de los derechos de todos los ciudadanos y capaz de promover una sociedad cada vez más respetuosa, acogedora y solidaria por el bien de todos”.
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