(ZENIT – Roma).- El papa Francisco se despide este domingo por la tarde de Polonia, después de un viaje apostólico de cinco días en los que participó de la Jornada Mundial de la Juventud, pero también visitó lugares de gran significado, como el santuario de Czestochowa y los campos de concentración de Auchwitz y Brikenau.
Hoy domingo por la tarde, ya poco después de las 16, el Pontífice se asomó al balcón del arzobispado y a los varios miles de personas allí presentes que le esperaban bajo la lluvia les dijo:
“Muchas gracias por esta compañía por este acercarse a despedirse. Muchas gracias por la calurosa acogida de estos días”. Dijo, y precisó que “ahora antes de irme les quiero dar la bendición pero también les quiero pedir que no se olviden de rezar por mi. Recemos juntos a la Virgen cada uno en su propia lengua: Dios te salve María… E impartió su bendición.
Y se despidió pronunciando su ‘adiós’ en polaco, despertando la ovación y aplausos de los varios miles allí presentes.
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