REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
Llegado a Polonia con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud, Francisco dio al viernes 29 de julio un carácter netamente penitencial y de oración, con la visita a los Campos Nazis de concentración y exterminio: Auschwitz y Birkenau y el Vía Crucis con los jóvenes.
Por pedido de Francisco la visita a los Campos Nazis se realizó en completo silencio de su parte, pidiendo escuchar con el corazón el grito silencioso de las víctimas de la masacre y el don de las lágrimas.
En este silencio orante, me vino a la memoria la meditación en voz alta que Francisco hizo en Jerusalen en el 2014, en el memorial Yad Vashem.
“(…) Acuérdate de nosotros en tu misericordia. Danos la gracia de avergonzarnos de lo que, como hombres, hemos sido capaces de hacer, de avergonzarnos de esta máxima idolatría, de haber despreciado y destruido nuestra carne, esa carne que tú modelaste del barro, que tú vivificaste con tu aliento de vida. ¡Nunca más, Señor, nunca más!
Adán, ¿dónde estás?”. Aquí estoy, Señor, con la vergüenza de lo que el hombre, creado a tu imagen y semejanza, ha sido capaz de hacer. Acuérdate de nosotros en tu misericordia!" @jesuitaGuillo
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