(RV).- Ante el inmenso “gracias” de Francisco a los jóvenes que abarrotaron Cracovia “con el entusiasmo contagioso de su fe”, resulta natural que la mente de “marcha atrás” hasta situarse en el gran pontificado del Papa Wojtyła, sin el cual todo esto no existiría, y de quien el Papa Bergoglio dijo: “San Juan Pablo II ayudará a los jóvenes a llevar por doquier la “alegría del Evangelio”.
Vivimos en el presente, lo sabemos. Por eso los recuerdos afloran: para reforzarlo. “Los he llamado, ahora ustedes han venido y por esto se los agradezco”. Tal vez hayan sido las últimas palabras del Santo Pontífice polaco, dirigidas a los jóvenes de aquel entonces…
“Conducirá a los jóvenes hacia donde él quiera”, decía su gran amigo francés, hace más de tres décadas ya, cuando corría el año 1980… Mientras su amigo polaco, Karol, respondía: “Creo más bien que serán ellos los que me guiarán”…
Así lo “profetizaba” el periodista y escritor André Frossard – hijo de madre protestante y de padre judío – quien a pesar de haber sido criado como ateo, se convirtió al catolicismo cuando tenía, más o menos, la edad de los participantes en estas Jornadas Mundiales de la Juventud, la edad de las grandes decisiones de la vida…
La historia nos permite comprobar que así fue. Porque entre el Papa Wojtyła y las nuevas generaciones, efectivamente se creó un lazo tan estrecho y extraordinario como el que acabamos de ver en estos días entre los jóvenes de hoy y el Papa Francisco.
Jugando con la imaginación – y con la ayuda de San Pablo de quien sabemos – porque nos lo dejó escrito – que corrió hasta la meta conservando la fe – pensamos en esas carreras de relevos, en las que los miembros de un equipo se van pasando el testigo.
En este otro siglo, el testigo lo lleva ahora el Papa argentino, a quien durante el encuentro familiar que mantuvo con los jesuitas de Polonia – un día antes de concluir este periplo – le preguntaron cómo hace un hombre de 80 años para entrar en sintonía con la juventud… Causando cierta hilaridad Francisco respondió que lo ignora… Pero después puso de manifiesto lo que tienen en común: El interés de ambos extremos de la existencia por las cosas concretas – dijo – esas que interesan tanto el anciano Pontífice, como a las jóvenes generaciones.
Ciertamente de este 15ͦ Viaje Apostólico no nos quedaremos “sólo” con la conclusión de la Jornada Mundial de la Juventud que de Cracovia volará a Panamá, mientras los chicos y chicas que estuvieron aquí, irán llevando a sus ambientes lo mejor de lo que han visto y oído…
Estos días que Francisco transcurrió en Polonia pasarán a la historia por los silencios que dicen más que las palabras – tanto en Auschwitz cuanto en Birkenau –. Por los silencios que veneran – tanto en Częstochowa, donde los monjes custodian a la Madre que camina con estos hijos suyos desde hace seis siglos, cuanto delante del Jesús Misericordioso que Faustina dio a conocer al mundo entero –. O, sencillamente, por su silencio “a secas”. Ese que se impone cuando el misterio del dolor no encuentra respuestas…
¡Entonces sí que regalar una caricia a los pequeños pacientes inocentes representa un verdadero gesto de Misericordia!
Desde Cracovia, María Fernanda Bernasconi – RV.
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