Sobre la dignidad y rol esencial de la mujer nos habla María Antonia, beata del País del Papa

REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

(RV).- Sí, la exclusión de la mujer por aquel tiempo, por el 1760, era mayor todavía que ahora. Esos prejuicios y recelos ultrajantes de la dignidad  de la mujer. De hecho se burlaron de ella, la consideraban loca por su atuendo pobre, siempre caminando descalza, pidiendo para poder dar de comer a la gente en los Ejercicios Espirituales. La despreciaron y humillaron autoridades civiles y eclesiásticas la hicieron esperar, la postergaron.

Pero María Antonia, la Mama Antula, la beata del país del Papa sabía lo que quería. Ella sabía que Jesús Hijo de Dios, aquel a quien conocemos en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola y que ella organizaba y promovía una vez expulsados los jesuitas, es el que nos da la verdadera libertad, dignidad, la vida plena. Por eso ella trabajó para que todos los posibles conocieran a Jesús Hijo de Dios. Por eso podemos decir de ella, lo que Papa Francisco dice en la catequesis del 31 de agosto de 2016 hablando de la mujer hemorroísa.

Jesús admiró la fe de esta mujer a la que todos evitaban y transformó su esperanza en salvación. Porque en el encuentro con Cristo se abre para todos,  hombres y mujeres de todo tiempo y lugar; el camino de la liberación y de la salvación.

Para tu Radio, Reflexiones en Frontera, jesuita Guillermo Ortiz.


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