REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
(RV).- Unido a María Antonia de san José, por la tierra de nacimiento, por la espiritualidad jesuita de los ejercicios ignacianos y también por el itinerario geográfico de peregrinación física y espiritual, dado que los dos pasaron por ciudades grandes y populosas de Argentina como Córdoba y Buenos Aires, el Obispo de Roma calificó a la mujer beatificada en Santiago del Estero el 27 de agosto de 2016, como “una mujer valiente, plena de amor a Jesucristo y que nos señala el camino, el único camino de salvación”.
Entiendo que la “valentía”, o el “coraje apostólico”, para decirlo con otras palabras también de Francisco, caracteriza a María Antonia, que siendo laica y mujer, tomó una antorcha que hasta ese momento levantaban solamente los sacerdotes y misioneros varones. Ella, movida por la luz y la fuerza de la fe, que tenía como lema: “Andar hasta donde Dios no sea conocido para hacerlo conocer”, con su peregrinación orante y misionera, desafió al tiempo histórico y al espacio geográfico, el clericalismo y las estructuras viciadas, esclerotizadas, caducas, para poner a la Iglesia misionera en salida de la auto referencialidad, para ir generosa y despojada a las periferias geográficas y existenciales.
Que esta mujer valiente nos ayude a realizar con coraje apostólico nuestra peregrinación misionera.
Para tu Radio Reflexiones en Frontera, jesuita Guillermo Ortiz.
Publicar un comentario