Mauricio: Francisco reza en la tumba del beato padre Laval, “apóstol de los negros”

(ZENIT – 9 sept. 2019).- Pasadas las 4 de la tarde (14 horas en Roma), las campanas del Santuario del Beato Padre Laval replicaban con fuerza para recibir la histórica visita del Papa Francisco, coincidiendo con la conmemoración del 155 aniversario de la muerte del “apóstol de los negros”, el padre Jacques-Désiré Laval, misionero francés que evangelizó a los indígenas en Mauricio.

Este lunes, 9 de septiembre de 2019, último día del 31º viaje internacional de Francisco, está dedicado a Islas Mauricio, y transcurre en Port Louis, la capital, donde el Papa ha celebrado la Misa, y se reunirá con el presidente, el primer ministro y las autoridades civiles y políticas.

A las 14:15 horas de Roma, a la entrada de la iglesia, al lado del Santuario, esperaban al Pontífice tres obispos de la CEDOI (Conferencia Episcopal del Océano Índico), el párroco y el responsable del Santuario. Una familia ha recibido al Papa a su llegada, y le han regalado unas flores que él ha depositado sobre la tumba del beato Laval, quedándose unos minutos en oración silenciosa.

Han participado en este acto cerca de 65 fieles, y a la salida, el Papa ha saludado a 12 enfermos y 20 familiares de personas tóxico dependientes atendidas en la “CASA A”, un centro de acogida mauriciano gestionado por un diácono permanente y por su mujer.

Única fotografía, junto a la cruz 

La tumba del beato se encuentra en una vitrina de vidrio que alberga una representación del beato en cera, y debajo hay un gran crucifijo: se trata de una reproducción de la cruz junto a la cual el Padre Laval aceptó, por primera y única vez, ser fotografiado.

El beato Jacques-Désiré Laval nace en Francia en 1803 de una familia aburguesada que lo obliga a estudiar Medicina, pero pronto decide abandonar la profesor médica para hacerse misionero. Instalado en 1841 en Isla Mauricio, se dedica con entusiasmo a la evangelización de los negros que habían sido liberados, por ley, de la esclavitud. Durante las epidemias de cólera que dañaron al país en 1854, 1857 y 1862, fundó numerosos hospitales.

Abrió escuelas de enseñanza básica, construyó varias capillas para la formación espiritual y promovió la integración social de la población. En privado, llevó una vida austera: usaba el cilicio, dormía sobre la tierra descubierta, practicaba el ayuno, y transcurría las noches enteras rezando.

A la edad de 59 años, debilitado físicamente, es golpeado por una apoplejía, muere el 9 de septiembre de 1864. A su funeral asistieron 40 mil personas. Fue beatificado por san Juan Pablo II el 29 de abril de 1979, el primer beato elegido por el papa polaco.

El Santuario 

Situado en el interior de los muros de la iglesia de la Santa Cruz, a las afueras de Port Louis, el actual santuario del beato Laval es de reciente construcción: data, de hecho, de 2014, año en que la Iglesia mauriciana celebró el 150 aniversario de la muerte del beato Padre Jacques Laval, conocido como “el apóstol de los negros” porque se dedicó a la evangelización de los indígenas de Mauricio.

La nueva estructura se ha hecho necesaria por el constante aumento del número de peregrinos que se recogen en oración delante de la tumba del beato Laval, en particular, el 9 de septiembre, en memoria de su muerte.

Hoy, el edificio está preparado para acoger a 250 personas, más del doble de la anterior estructura, de 1870, restaurada más veces y ahora conectada al nuevo edificio a través de unas columnas.

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