Moscú ha valorado positivamente la inminente reunión del papa Francisco con el patriarca Kirill, prevista para el próximo 12 de febrero en La Habana.
“Es un paso hacia el acercamiento mutuo”, ha declarado este lunes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al tiempo que ha deseado que “este encuentro tenga éxito”.
El Kremlin “valora altamente la predisposición de los dos líderes religiosos para que se celebre dicha reunión”, ha asegurado Peskov a la prensa local.
El pasado viernes, la Santa Sede y el Patriarcado de Moscú difundieron un comunicado conjunto en el que anunciaron el encuentro en Cuba entre el Pontífice y el Patriarca. Ha habido que esperar casi mil años para que las cabezas de la Iglesia Católica y la Ortodoxa Rusa se estrechen las manos.
La histórica reunión –que tendrá lugar en el pabellón presidencial del aeropuerto internacional José Martí– tratará principalmente sobre la persecución de las comunidades cristianas en Oriente Medio, según ha adelantado el metropolita Hilarion, presidente del Departamento para las relaciones exteriores del Patriarcado de Moscú, y finalizará con la firma de una declaración conjunta.
Tanto la Santa Sede como el Patriarcado de Moscú han invitado “a todos los cristianos a rezar con fervor para que Dios bendiga este encuentro”. Las dos Iglesias “desean que sea una señal de esperanza para todos los hombres de buena voluntad”.
El diálogo ecuménico con las Iglesias Ortodoxas de tradición bizantina, siriaca y eslava comenzó oficialmente en 1980, aunque los primeros pasos importantes se dieron ya durante el Concilio Vaticano II, con la cancelación de las excomuniones recíprocas del año 1054.
La cumbre de La Habana, que lleva mucho tiempo preparándose, será la primera de este tipo y marcará una etapa importante en las relaciones entre la Iglesia Católica y la Ortodoxa Rusa.
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