Kinshasa – Todavía no hay fecha para las elecciones presidenciales en la República Democrática del Congo, que deberían tener lugar este año. “El 10 de febrero, en lugar de publicar un calendario electoral consensuado y conforme a los plazos electorales previstos en la Constitución, la Comisión Electoral ha publicado un calendario electoral parcial, que solo prevé únicamente las elecciones, el 26 de marzo, de los gobernadores y vice-gobernadores de las 21 nuevas provincias”, afirma una nota de la Red Paz para el Congo enviada a la Agencia Fides
El 13 de febrero, durante una reunión con las instituciones provinciales de Kinshasa, el Presidente de la Comisión Electoral, Corneille Nangaa, ha afirmado que la operación de revisión de la base de datos electoral, necesaria para organizar las elecciones, podría durar al menos dieciséis o diecisiete meses.
Esto significa que no es posible organizar elecciones antes de septiembre-octubre de 2017.
EL Presidente Kabila propuso hace ya tiempo “preparar unas elecciones creíbles y pacíficas”, sin hacer ninguna referencia a las elecciones previstas por la constitución, lo que hace sospechar un posible reenvio que le permita extender su segundo y último mandato presidencial. El presidente Kabila también quiere un diálogo inclusivo, es decir, con la participación de todas las fuerzas políticas, incluyendo las diversas tendencias de la oposición, pero con una atención especial hacia el UDPS, el principal partido de la oposición y rival en las últimas elecciones de 2011.
La UDPS, que no acepta la elección de Kabila del 2011, propone un diálogo convocado y moderado por la comunidad internacional, respetuoso de las elecciones previstas en la Constitución y, por lo tanto, con el fin de organizar las elecciones presidenciales para finales de noviembre de 2016.
Por otro lado la insistencia de la UDPS a dialogar parece un tanto contradictoria: la organización del diálogo, que requiere mucho tiempo como se ha demostrado hasta el momento y al mismo tiempo, la organización de las elecciones presidenciales para noviembre de 2016, que exige acelerar los procedimientos los máximo posible. Por otra parte, es incomprensible que, por una parte, la UDPS afirma no reconocer a Joseph Kabila como Presidente de la República y, por otra, insiste en su deseo de dialogar con él y su mayoría. Al persistir en la lógica de ese diálogo, la UDPS corre el peligro de dividir y debilitar a la oposición y de contribuir a la postergación de las elecciones, extendiendo de ese modo, el segundo y último mandato del presidente Joseph Kabila.
La actitud de la UDPS es esencial para comprender en qué dirección irá la RDC en los próximos meses. ¿Se prepara para promover la creación de un gobierno de cohabitación entre el PPRD y la UDPS, encargado de los preparativos para las futuras elecciones o van a formar una alianza con otros partidos de oposición y coaliciones con el fin de ejercer presión sobre la mayoría presidencial para votar en este año?
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