Ocaña – Tan pronto como la periodista Salud Hernández Moro fue puesta en libertad, el 27 de mayo, sus primeras palabras fueron de agradecimiento y reconocimiento a la Iglesia Católica de Colombia. Como han informado las agencias de prensa, la Iglesia, junto con la “Defensora del Pueblo”, han sido los mediadores reales en su liberación y en los otros dos periodistas colombianos que fueron secuestrados por los guerrilleros de ELN .
Por eso, la Iglesia se ha convertido en un punto de referencia en las zonas de conflicto, sobre todo por la confianza de la que goza entre este grupo guerrillero. El ELN de hecho, había pedido que se entregase la periodista secuestrada, al párroco de San Calixto y al párroco de la Catedral de Santa Ana, en Ocaña, que han estado acompañados por los oficiales de la institución “Defensora del Pueblo” y por el obispo de Tibú, Su Exc. Omar Sánchez.
La intervención del obispo de la diócesis de Ocaña, Su Exc. Mons. Gabriel Angel Villa Vahos, que ha anunciado personalmente la liberación de la periodista, ha sido un factor determinante de todos los contactos con el ELN y con los militares para alcanzar la fase de la liberación.
La situación con respecto a la propuesta de un diálogo formal entre el gobierno colombiano y el ELN, como parte de las conversaciones de paz, sigue siendo muy complejo. Mientras que el presidente Santos ha subrayado enérgicamente la condición de liberar a todos los secuestrados, el ELN ha entregado una carta, a través de la periodista liberada, en la que reitera que estas acciones violentas y de presión están diseñadas para recordar la presencia de la guerrilla en la zona del Catatumbo, por lo que no existe ningún interés por su parte en abrir un diálogo.
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