ROMA, 29 May. 16 (ACI).-
En la exposición organizada por la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger- Benedicto XVI “¿Universidad sin humanismo?, el impulso de Joseph Ratzinger, Benedicto XVI”, el profesor Lorenzo Ornaghi, politólogo italiano y exministro de bienes y actividad cultural, explicó la visión del Papa Emérito de la universidad como “un lugar de producción, de investigación científica y de auténtica cultura”.
Ornaghi señaló que para el Papa Emérito “las universidades no sólo tienen el poder para ayudar a detener el declive de la cultura y el pensamiento occidental, sino que se encuentran en el momento histórico propicio para hacerlo”.
Benedicto XVI considera que de la cultura “depende el futuro de Europa” porque esta “no es sólo una red de ideas sino que produce hechos, orienta comportamientos y contribuye a crear actitudes individuales y colectivas”.
“La creciente debilidad cultural de Europa es una de las causas que contribuyen a su decadencia política objetiva y crecientes dificultades económicas. La tarea de la universidad es para combatir y si es posible revertir el proceso de deterioro del que Europa es la víctima o el autor más o menos inconsciente”, manifestó el exministro.
El también exrector de la Universidad Católica del Sagrado Corazón señaló que la principal preocupación de Benedicto XVI sobre la investigación científica es que “a la razón, la ratio, (la más importante garantía de la unidad de desarrollo del pensamiento occidental) se la encierra en una ciencia, o más a menudo en una pseudo-ciencia, que se ocupa sólo de lo que es cuantitativo, medible y que se evalúa en función de su utilidad social”.
Ornaghi indicó que, según el Papa Emérito, si “queremos detener el deterioro del pensamiento y de la cultura occidental se necesita ampliar la razón para que abarque toda la realidad y no sólo un fragmento”. Cuando esto sucede “la razón se encuentra con la fe, que constituye la mejor garantía de la unidad del saber y que es la premisa indispensable del humanismo”.
Añadió que si el humanismo desaparece de las investigaciones científicas, estas se empobrecen y se reducen a lo que la sociedad considere como útil. Por lo tanto “el humanismo -que se basa en la antropología cristiana- debe saber responder a los desafíos del tiempo moderno”.
“Si la cultura de Europa pierde sus raíces humanistas, se volverá incapaz de interpretar las tendencias básicas de los cambios y no podrá de orientarlos. También hará que los pueblos protagonistas de la historia y las personas relevantes del desarrollo histórico, se conviertan en objetos o actores completamente irrelevantes”, explicó el politólogo italiano.
Por ello- prosiguió- Benedicto XVI indica que el gran desafío de la universidad es “asegurarse de que el humanismo también responda a los retos de la investigación científica, en todos los campos”.
Por otro lado, Ornaghi expuso las dos propuestas del Papa Emérito para las universidades: la razón y las minorías creativas.
La primera porque “impide que la precaria paz entre los valores que se creen todos iguales entre sí y que tal son contrapuestos y contradictorios dentro de la sociedad”.
La segunda propuesta de Benedicto XVI para la universidad es tener pequeños grupos creativos humanistas que tengan la capacidad de orientar los cambios en la universidad porque cuando “la sociedad se atasca, el arte creativo sobrevive y toma nueva forma”.
Puede leer la intervención completa de Lorenzo Ornaghi en italiano aquí: http://www.fondazioneratzinger.va/content/fondazioneratzinger/it/news/notizie/ratzinger-e-l_universita–sintesi-dellintervento-del-prof–ornag.html
Traducido y adaptado por María Ximena Rondón. Publicado originalmente en ACI Stampa.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 16 de diciembre de 2015
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