San Pablo (Agencia Fides) - En los días anteriores a la solemnidad de Pentecostés, el domingo 9 de junio, se celebra en el hemisferio sur la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos (SOUC). El tema está inspirado en el libro de Deuteronomio: “Busca la justicia, nada más que justicia" (ver Dt 16,11-20). Promovida en todo el mundo por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y el Consejo Mundial de Iglesias, la SOUC hace un llamamiento a la celebración de la justicia basada en la gracia de Dios. “Esta justicia nos desafía a analizar la complejidad de los problemas de la humanidad para revisar las relaciones de poder y darse cuenta de que los intereses individuales de los grupos económicos no pueden situarse por encima de los seres humanos, la integridad de la Creación y el bienestar de la humanidad”, explica el texto firmado por los representantes del Consejo Nacional de Iglesias cristianas (CONIC).
Este año, la SOUC fue preparada por los cristianos de Indonesia, mientras que en Brasil lo hizo el CONIC del estado de Minas Gerais. En la carta publicada por CONIC para esta circunstancia, se recuerdan las roturas de las presas de desechos mineros causadas por “los intereses económicos de los grupos financieros”. Los representantes de las Iglesias afirman que es imposible no pensar en las personas, -de las diferentes tradiciones religiosas y en aquellos que no están vinculados a las tradiciones religiosas-, que han perdido amigos, familiares y amigos al romperse la presa de Córrego do Feijão. “Queremos rezar para que la justicia de la gracia de Dios cubra la justicia humana, que no siempre garantiza una compensación a los afectados por las acciones de las grandes corporaciones”. La ruptura de la presa Mina Córrego do Feijão, en Brumadinho, en la provincia de Belo Horizonte, estado brasileño de Minas Gerais, que ocurrió el 25 de enero, causó más de 60 muertes y cientos de personas desaparecidas.
Las intenciones de esta semana incluyen a las familias afectadas por la minería, personas que dependen del río Doce, el río Paraopeba y el río São Francisco para su supervivencia: “Estos ríos sufren los efectos de la exploración minera. Debemos actuar para recuperar los ríos. En nuestras oraciones recordamos a los pueblos indígenas que también sufren por esta destrucción y por las innumerables familias campesinas que han perdido sus campos”.
(SL) (Agencia Fides 4/6/2019)
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