viernes, 31 enero 2020
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Cúcuta (Agencia Fides) - El objetivo del encuentro organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y la Sección de Migrantes y Refugiados en la diócesis de Cúcuta, en frontera con Venezuela ha sido el de manifestar la preocupación del Santo Padre por las situaciones fronterizas, compartir y poner en sinergia las actividades caritativas de la Iglesia en favor de las personas más vulnerables en ese contexto. El tema del encuentro que está teniendo los días 30 y 31 de enero es "Caridad en la frontera".
“Nuestro Encuentro aquí en Cúcuta, organizado junto a la Sección Migrantes y Refugiados y en estrecha colaboración con la Secretaría de Estado, desea dar una contribución concreta para analizar profundamente las necesidades, y coordinar adecuadamente las ayudas de la red eclesial en favor de todos aquellos que se ven afectados por la crisis humanitaria” se lee en una nota del cardenal Peter K.A. Turkson, Prefecto del Dicasterio.
“No somos una ONG” nuestra misión va más allá del simple asistencialismo” ha subrayado el cardenal en su mensaje de apertura del encuentro. “El campo de acción del Dicasterio es promover el desarrollo integral del hombre a la Luz del Evangelio. En particular, nuestro Dicasterio es competente en las cuestiones que se refieren a las migraciones, los necesitados, los enfermos y los excluidos...las víctimas de los conflictos...los desempleados y las víctimas de cualquier forma de esclavitud y de tortura. Estas personas vulnerables son las que el Dicasterio está llamado a servir”.
“La comunidad internacional no parece que sea capaz de aportar soluciones adecuadas a este inmenso ‘océano de dolor’ – afirma el card. Turkson. Junto a los países limítrofes, en primera línea y en las fronteras físicas y existenciales también trabajan los representantes de los episcopados locales y de las instituciones eclesiales y congregaciones religiosas, las Nunciaturas Apostólicas, numerosos organismos de caridad católicos y ONGs”.
El Prefecto del Dicasterio explica la intención de instituir “como se hizo para la crisis en Siria y en Irak, instituir una plataforma, un servicio para compartir informaciones, mediante el cual lograr tener un cuadro lo más unitario posible de la acción caritativa de la Iglesia en el contexto de la emergencia, identificando orientaciones concretas para intervenciones futuras, útiles para mitigar el impacto humanitario de la crisis Hemos visto que este “modelo”, que fue bien aceptado por los actores involucrados en Oriente Medio, fue capaz de crear y consolidar una red de solidaridad que permitió dirigir de modo más eficaz los recursos y las energías que con tanta generosidad se pusieron a disposición”.
La crisis venezolana es una de las más graves de las últimas décadas y ha alcanzado niveles dramáticos. Según las últimas estimaciones de la UNHCR y de la OIM, el número de migrantes y refugiados venezolanos en América Latina y en el Caribe es de unos 4,5 millones, de los cuales más de un millón está en Colombia, 500.000 en Perú y el resto distribuido entre Brasil, México, Ecuador, Estados Unidos de América y España.
(AP) (31/1/2020 Agencia Fides)
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