Por: P. Jorge Enrique Mújica, L.C.
Que la fe también ayudó a las personas a vivir de un modo menos dramático la pandemia era algo que se sospechaba, pero un estudio recientemente publicado por la Universidad Católica de América confirma con datos lo que antes era mera intuición.
Fue el Instituto de Ecología Humana y el Departamento de Sociología de la Catholic University of America los que condujeron un estudio sobre salud mental en diferentes comunidades religiosas. ¿La conclusión? La práctica religiosa amortigua el impacto del estrés pandémico.
La investigación se realizó entre octubre y diciembre de 2020 con comunidades judía, evangélica, afroamericana bautista, ortodoxa, mormona, protestantes reformados, hunduistas y católicos de Washington DC, Maryland, Virgina y Texas. Un 40% aproximadamente se identificó como católico. La finalidad era conocer cómo las comunidades religiosas se habían visto afectadas por la pandemia y si su fe les había ayudado a sobrellevar la situación.
Los resultados arrojaron:
1) Que las personas que disminuyeron su práctica religiosa en pandemia tenían el doble de posibilidades de sentirse solas
2) Que las personas activas en comunidades religiosas tienden a tener niveles más altos de bienestar
3) Menos del 20% de los encuestados notó deteriorada su salud mental (sólo advierten deterioro en la sensación de aislamiento)
4) Con relación a la práctica religiosa, la mitad dijo que regresaría a los servicios religiosos y el 44% de los encuestados optaba por combinar lo presencial con lo online.
5) Casi nadie prefiere sólo la adoración online
6) Muchos de los encuestados dijeron que siguen acudiendo cuando pueden a servicios religiosos y que su conexión con su comunidad es muy sólida.
7) La mayoría no informó cambios en sus hábitos religiosos.
8) El 35% dijo que su espiritualidad aumento en pandemia pues pudieron orar con más frecuencia
9) El 17% dijo que pasó incluso más tiempo leyendo textos sagrados
10) 30% de judíos ortodoxos y liberales asisten más frecuentemente al lugar de culto mientras que entre los católicos estos es sólo el 10%.
11) En general, el estudio muestra que no prevalecen teorías de la conspiración sobre las vacunas en ninguna de las comunidades religiosas; más bien se encontró que en todos los grupos religiosos estudiados se favorecían y apoyaban las medidas sanitarias (cubrebocas, distanciamiento social, gel).
Para Brandon Vaidyanathan, director del Departamento de Sociología de la Universidad Católica de América y responsable de la investigación: «Entre los que están activos en su comunidad de fe, la pandemia ha aumentado en lugar de disminuir la práctica religiosa y este es un resultado alentador para los líderes religiosos». Y añade: “Creo que hay un contingente de personas que pueden no haber sido muy religiosas antes de la pandemia, pero están interesadas ahora porque pueden asistir a eventos en línea. Algunos líderes religiosos han informado de un número creciente de personas, a veces incluso de otros países, que asisten a sus servicios y cursos en línea».
Para Scott L. Thumma, profesor de sociología de la religión, los resultados muestran la gran adaptabilidad de las comunidades religiosas: “está muy claro que muchos fieles desean tener acceso a una combinación de servicios religiosos en línea y cara a cara. Actualmente existe una fuerte presión para no volver al cara a cara. Los fieles no querrán que esto desaparezca. De hecho, corren el riesgo de alejarse del cara a cara”.
En definitiva, y la demoscopia lo muestra: las personas que ponen la fe en el centro de sus vidas muestran una mayor capacidad de recuperación emocional ante la pandemia.
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