“Recordar el pasado – señaló Juan Pablo II en su visita a estos lugares – es preocuparse por el futuro. Recordar Hiroshima es aborrecer la guerra nuclear. Es empeñarse en conseguir la paz, porque la humanidad no está destinada a la autodestrucción ya que las divergencias ideológicas, pueden y deben ser resueltas a través de otros medios que no sean la guerra.
Y con este empeño por la paz de Juan Pablo II no podemos no recordar las palabras de Francisco con ocasión del reciente encuentro de oración por la paz en Vaticano con los presidentes de Israel y de Palestina, Shimon Peres y Abu Mazen, cuando dijo: “Para conseguir la paz, se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra. Se necesita valor para decir sí al encuentro y no al enfrentamiento; sí al diálogo y no a la violencia; sí a la negociación y no a la hostilidad; sí al respeto de los pactos y no a las provocaciones; sí a la sinceridad y no a la doblez. Para todo esto se necesita valor, una gran fuerza de ánimo.
(GM –RV)
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